Gracias a Rafael Hernández Colón por aportar sabiduría, serenidad y
sensatez ante el tema del status político; mediante el texto titulado
“Misguided policy on Puerto Rico” y publicado 18 de diciembre de 2013 en el
periódico “The Hill” de Washington DC.
Ante los datos y la interpretación respetable de los mismos, se afirma que
en vez de impresionarnos o caer en la tentación de perder la perspectiva por
opiniones que de momento dominen en los medios, procede entender lo siguiente:
Las opiniones de congresistas de turno no son más que la base histórica que
valida al ELA. Veamos:
Los pueblos que reconocen y fomentan sus logros, son
pueblos con mejor capacidad de unificación y crecimiento integral.
Es al extremo irresponsable culpar por todo mal a la
fórmula de status político y como muestra, en Estados Unidos no se hubiese
concebido el destruir todo su sistema democrático-constitucional por los
embates de la crisis del petróleo, conflictos como Vietnam o Watergate, o
sucesos como el 9-11 que sigue teniendo impacto.
El ELA es fruto
del más democrático y admirable proceso y es mucho más que las consideraciones
partidistas, las agendas personales e ideológicas, y las decisiones y
actuaciones de funcionarios y administraciones de turno.
Lo significativo es que el ELA tiene gran
historia por las esencias de pueblo y patria. La realidad es que el ELA es
ampliamente reconocido y validado.
Como
muy bien establece Hernández Colón, el ELA es reconocido por la Resolución
748, mediante la cual, la Asamblea General de las Naciones Unidas celebró el
proceso que ponía fin a la clasificación de Puerto Rico como colonia y dijo
entonces que “reconocía que el pueblo del Estado Libre Asociado de Puerto Rico,
al expresar su sentir de forma libre y democrática, ha alcanzado un nuevo
status constitucional” y que “el Pueblo del Estado Libre Asociado de Puerto
Rico ha sido investido con atributos de soberanía que claramente identifica el
status de gobierno propio alcanzado por el pueblo de Puerto Rico como el de una
entidad política autónoma”.
A
eso añado que la Resolución 2625 reconoce en “El principio de la
igualdad de derechos y de la libre determinación de los pueblo”, lo siguiente:
·
“El establecimiento de un Estado soberano e
independiente, la libre asociación o integración con un Estado independiente o
la adquisición de cualquier otra condición política libremente decidida por un
pueblo constituyen formas del ejercicio del derecho de libre determinación de
ese pueblo”.
Es decir: No
es correcto argumentar que el ELA no es opción y que se tiene
que tomar un camino en específico por el llamado “derecho internacional”, ya
que en las más simples y directas palabras: Todos los principios en derecho y
procesales, se fundamentan en que lo que debe imperar es la libre y sabia
voluntad del pueblo.
El ELA también
ha triunfado en el terreno judicial. Por ejemplo: En 1967, el Tribunal Supremo
de Estados Unidos adjudicó el caso de Afroyim v. Rusk sobre la ciudadanía
americana, lo que puso fin a la teoría de que se podía perder la
ciudadanía bajo el ELA. En 1953, en el
caso Mora v. Mejías, la Corte de Circuito establece: “Puerto Rico has thus not
become a State in the federal Union like the 48 States, but it would seem to
have become a State within a common and accepted meaning of the word … It is a
political entity created by the act and with the consent of the people of
Puerto Rico and joined in union with the United States of America under the
terms of the compact”.
Es decir: Se
reconoce la validez del ELA. Los casos
electorales, como los pavazos y los pivazos, son gran ejemplo en que se valida
la autoridad del ELA para establecer el gran principio de la voluntad del
elector. No olvidemos que la Constitución del ELA reconoce la soberanía del
pueblo y su suprema expresión en las urnas.
El
ELA es un pacto democrático que ha funcionado bien y sirve. Sin embargo, con el
paso del tiempo, se ha considerado pertinente revisar términos de ese pacto
para dar mayores poderes a la Isla en temas controlados por el nivel federal.
Eso NO significa eliminar el pacto o que no sirva, sino perfeccionarlo. De ahí
surge el nombre de “Nuevo Pacto”. En la medida que la generosidad, el cristianismo y
el patriotismo prevalezcan en forma sabia y salomónica, redescubriremos la gran
herramienta de estabilidad y progreso que es el ELA en la base de la unión
permanente de PR con EEUU.
Recordemos que
el gran ideal NO está en una fórmula de status político, sino en la
inmensa obra humana a desarrollar. El ELA es innovación, lo que es
fe en acción.
Por
todo lo anterior, es antidemocrático excluir al ELA, y peor sería tratar de
llevar al ELA hacia una “definición” en la ruta de lo que no es. Ya la
soberanía está en la Constitución del ELA y lo que procede es que crezca en su
propia naturaleza.
El caso de
Puerto Rico no es colonial, sino de buscar perfeccionar su realidad.
No se trata de que el ELA no sirva. La evidencia confirma que el ELA sirve y es
buena zapata para construir. Se trata de atender temas pendientes y actualizar
lo iniciado al crearse el ELA, en temas como la Ley de Cabotaje, mayores
incentivos industriales que fomenten el progreso y la democracia en toda la
región, elevar
a rango constitucional la autonomía municipal, y otros. ¡Gracias Hernández! Dios ilumine a todos.
·
“Es muy
honroso agregarle una estrella más a la gran bandera de Estados Unidos. Es
igualmente honroso agregarle una idea creadora más, a la gran constelación de
la libertad en el pensamiento de América”. –Luis Muñoz Marín.
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