El 7 de diciembre de 2013, se cumplen 72 años del infame ataque a Pearl
Harbor, dado en 1941, en que la maldad, en vez de derrotar, tuvo el efecto de
despertar al gigante. La victoria que se alcanzó tras las grandes batallas,
sigue resonando e inspirando y educando a generaciones. Hoy la infamia tiene
nuevos disfraces.
Recordemos con la voluntad de vestirnos de heroísmo y afirmar valores
permanentes. Recordemos con amor, orgullo y agradecimiento a los héroes de
verdad en todo frente; sea el Señor en lo que vivamos.
Cuando
más problemas hay, más se busca de heroísmo y ejemplos edificantes. El heroísmo
real se atreva a vivir, perseverar y fructificar con el más abarcador amor.
Aprendamos a reconocer, valorar y apoyar el verdadero
heroísmo, que no siempre es reconocido, comprendido y apoyado, pero que
persevera, se resiste a dejar de creer y crece en fe, pruebas, amor, valor y
ensordecedores silencios.
Aprendamos a reconocer, valorar y apoyar el verdadero
heroísmo, ya que a eso nos llaman los héroes que en diferentes tiempos y a
diferentes generaciones, han sabido inspirar para superar limitaciones con el
poder que viene de adentro, ser sensibles ante el dolor, valientes ante las
injusticias, más solidarios y constructivos, más humanos y hermanos. Ahí están
las reales super-hazañas. Dios ilumine a todos.
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