domingo, 30 de marzo de 2014

Atacan a Rafael Hernández Colón quienes menos pueden y necesitan su Damasco; es buen motivo para recordar el debido reconocimiento y agradecimiento al Gran Líder Verdaderamente Cristiano que es Rafael.

El 1980 fue año de impactantes issues y una intensa campaña electoral. De hecho, ya había comenzado la campaña en 1977 con la imposición de una “reforma” electoral sin consenso. En el ’80 falleció Luis Muñoz Marín. Pare ese tiempo, no tenía edad para votar y no sabía quién fue el prócer.

Sin embargo, lo que mejor me reveló que había fallecido alguien, fue el ambiente en nivel de Semana Santa del pueblo; y el haber visto llorar por primera vez a un anciano que para mí era como un roble. De ahí, fue natural que captase mi atención el mensaje de quien dirigía la causa a la que Muñoz tanto dio: Rafael Hernández Colón.

La historia dice que Hernández nació en 1936 y en 1953 obtuvo el diploma de Escuela Superior en Valley Forge Military Academy, en Wayne, Pennsylvania. Se graduó en 1956 de Johns Hopkins University, en Baltimore, Maryland, con honores y logrando el grado de Bachillerato en Artes en Ciencias Políticas. Ahí recibió el Premio Julius Turner por la mejor tesis de Ciencias Políticas. En 1959 logra el grado de Licenciado en Derecho, Valedictorian, Magna Cum Laude, en la Escuela de Derecho en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Es Profesor de Derecho Procesal Civil en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico; en 1969 publicó la primera edición del libro de texto “Derecho Procesal Civil” (presentó la 5ta edición en el 2010).

Es un clásico el relato de cómo su tesis capta la atención de Muñoz Marín, quien lo motiva a incursionar en el servicio público (Nota: Tiene trascendencia que la obra de Rafael como estudiante universitario tuviese tal impacto). Así, en 1960 Rafael llega a ser Comisionado Asociado de la Comisión de Servicio Público; en 1965 (con 29 años de edad) llega a ser Secretario de Justicia en el 1965; y en 1969 fue electo Presidente  del Senado y Presidente del Partido Popular Democrático.

En 1972 Rafael fue electo Gobernador. En diciembre de 1972, con 36 años de edad, sabía que mucho comenzaría a partir de enero de 1973, y lo inesperado sería más (Nota: ¿Qué hacía y en qué etapa de “madurez” estaban a los 36 años de edad los que atacan a Rafael sin capacidad para ello?). En el cuatrienio de 1973-76 se logró mantener al país a flote ante la mayor crisis económica mundial  y aún ante el republicanismo en Casa Blanca, hubo logros como la Sección 936 (para crear empleos) y el programa de Cupones para Alimentos (para hacer justicia al necesitado).

De 1977 a 1980 y de 1981 a 1984 hubo issues como la corrupción gubernamental, el aumento de la violencia y el caso Maravilla. Rafael se creció como líder y aún ante las irregularidades dadas en la elección de 1980, supo activar la militancia y al mismo tiempo, evitar lo que en otros países hubiese desatado una guerra civil (Nota: ¿Cuántos de los que atacan a Rafael sin capacidad para ello, no logran gobernarse a sí mismos y pretender tener la capacidad de dirigir a otros?). El jingle y lema de “Rafael, Puerto Rico cree en él”, afirma el poder de la fe en acción y de la credibilidad bien fundada.

El resultado electoral de 1984 determinante para que no siguiera el país la ruta autodestructiva de cainismo y polarización. El mandato dado a Rafael fue de 1985 a 1988. Fueron cuatro años de restauración a nivel de las más brillantes interpretaciones del libro de Nehemías. Fue un gran cuatrienio en que lo primero fue promover paz y enseñanza de valores (Nota: ¿Cuántos de los que atacan a Rafael sin capacidad para ello, fomentan todo lo contrario al cristianismo por vía del grito y mensaje de odio?).

Fueron cuatro años de crecimiento económico, impulso a la municipalización, y el mantenimiento de la Sección 936, en proyecto que triunfó la capacidad de unir al país. El resultado de la elección de1988 ratificó un gran lema: “Rafael, estamos mejor con él”. El mandato se prolongó de 1989 a 1992.

Obras como el Centro Cardiovascular de Puerto Rico y el Caribe, la Reforma Municipal y los testimonios de agradecimiento a quien tanto supo hacer y educar, hablarán a generaciones de quién fue Rafael Hernández Colón (Nota: ¿Cuántos de los que atrapados en la soberbia se hacen eco del mensaje equivocado para atacar a Rafael, en verdad envidian al pensar que nada digno de recuerdo dejan; en vez de entender que nunca es tarde para rectificar y optar por el buen camino?).

Como hombre con virtudes y defectos, Rafael supo hacer y consagrar mucho. Supo fomentar soluciones salomónicas. Supo fomentar la autoestima y el ilimitado potencial puertorriqueño. Sigue dando cátedra. Lo más grande es que más allá de relatos históricos, estudios y estadísticas, es hoy fuera de las responsabilidades electivas, que Rafael es más grande por las esencias que vivifican al cristianismo.

Es Rafael el más admirado por la humildad que tiene la palabra sabia, y sus obras son como sublime incienso al Creador en el nivel de amor y conciencia de las lecciones de Jesús contenidas en Mateo 6. La mejor adoración no es con gritos, ataques y apariencias, sino con lo que respeta, edifica a infunde paz integral. Oremos por lo confundidos para que aprendan de Rafael y no sean seducidos por lo incorrecto. Dios emplea los medios que Él desea para responder y obrar; cada persona que opta por hacer y sembrar el bien, es instrumento de Dios y canal de bendición. Demos gracias por Rafael Hernández Colón, que es uno de esos instrumentos selectos de Dios.

·         “La siembra de la Palabra en los corazones puertorriqueños es siembra de fortaleza moral y más que nada, siembra de vida eterna. La siembra de la Palabra es pues, actividad que recaba el mayor respeto y la mayor cooperación dentro de los límites constitucionales de Gobierno, y de una buena convivencia democrática.
La Palabra no es ruido, la Palabra es vida.
La Palabra no es bien de comercio, la Palabra es bien de espíritu.
La Palabra es roca sobre la cual se levantan los cimientos morales de una sociedad”. --Rafael Hernández Colón


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