El 1980 fue año
de impactantes issues y una intensa campaña electoral. De hecho, ya había
comenzado la campaña en 1977 con la imposición de una “reforma” electoral sin
consenso. En el ’80 falleció Luis Muñoz Marín. Pare ese tiempo, no tenía edad
para votar y no sabía quién fue el prócer.
Sin embargo, lo
que mejor me reveló que había fallecido alguien, fue el ambiente en nivel de
Semana Santa del pueblo; y el haber visto llorar por primera vez a un anciano
que para mí era como un roble. De ahí, fue natural que captase mi atención el
mensaje de quien dirigía la causa a la que Muñoz tanto dio: Rafael Hernández Colón.
La historia dice
que Hernández nació en 1936 y en 1953 obtuvo el diploma de Escuela Superior en
Valley Forge Military Academy, en Wayne, Pennsylvania. Se graduó en 1956 de Johns
Hopkins University, en Baltimore, Maryland, con honores y logrando el grado de
Bachillerato en Artes en Ciencias Políticas. Ahí recibió el Premio Julius
Turner por la mejor tesis de Ciencias Políticas. En 1959 logra el grado de
Licenciado en Derecho, Valedictorian, Magna Cum Laude, en la Escuela de Derecho
en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Es Profesor de
Derecho Procesal Civil en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico; en
1969 publicó la primera edición del libro de texto “Derecho Procesal Civil”
(presentó la 5ta edición en el 2010).
Es un clásico el
relato de cómo su tesis capta la atención de Muñoz Marín, quien lo motiva a
incursionar en el servicio público (Nota: Tiene trascendencia que la obra de Rafael
como estudiante universitario tuviese tal impacto). Así, en 1960 Rafael llega a
ser Comisionado Asociado de la Comisión de Servicio Público; en 1965 (con 29
años de edad) llega a ser Secretario de Justicia en el 1965; y en 1969 fue
electo Presidente del Senado y Presidente
del Partido Popular Democrático.
En 1972 Rafael
fue electo Gobernador. En diciembre de 1972, con 36 años de edad, sabía que mucho
comenzaría a partir de enero de 1973, y lo inesperado sería más (Nota: ¿Qué hacía
y en qué etapa de “madurez” estaban a los 36 años de edad los que atacan a
Rafael sin capacidad para ello?). En el cuatrienio de 1973-76 se logró mantener
al país a flote ante la mayor crisis económica mundial y aún ante el republicanismo en Casa Blanca,
hubo logros como la Sección 936 (para crear empleos) y el programa de Cupones para
Alimentos (para hacer justicia al necesitado).
De 1977 a 1980 y
de 1981 a 1984 hubo issues como la corrupción gubernamental, el aumento de la
violencia y el caso Maravilla. Rafael se creció como líder y aún ante las
irregularidades dadas en la elección de 1980, supo activar la militancia y al mismo
tiempo, evitar lo que en otros países hubiese desatado una guerra civil (Nota:
¿Cuántos de los que atacan a Rafael sin capacidad para ello, no logran
gobernarse a sí mismos y pretender tener la capacidad de dirigir a otros?). El
jingle y lema de “Rafael, Puerto Rico cree en él”, afirma el poder de la fe en
acción y de la credibilidad bien fundada.
El resultado
electoral de 1984 determinante para que no siguiera el país la ruta
autodestructiva de cainismo y polarización. El mandato dado a Rafael fue de
1985 a 1988. Fueron cuatro años de restauración a nivel de las más brillantes
interpretaciones del libro de Nehemías. Fue un gran cuatrienio en que lo
primero fue promover paz y enseñanza de valores (Nota: ¿Cuántos de los que
atacan a Rafael sin capacidad para ello, fomentan todo lo contrario al
cristianismo por vía del grito y mensaje de odio?).
Fueron cuatro
años de crecimiento económico, impulso a la municipalización, y el
mantenimiento de la Sección 936, en proyecto que triunfó la capacidad de unir
al país. El resultado de la elección de1988 ratificó un gran lema: “Rafael,
estamos mejor con él”. El mandato se prolongó de 1989 a 1992.
Obras como el
Centro Cardiovascular de Puerto Rico y el Caribe, la Reforma Municipal y los testimonios
de agradecimiento a quien tanto supo hacer y educar, hablarán a generaciones de
quién fue Rafael Hernández Colón (Nota: ¿Cuántos de los que atrapados en la
soberbia se hacen eco del mensaje equivocado para atacar a Rafael, en verdad
envidian al pensar que nada digno de recuerdo dejan; en vez de entender que
nunca es tarde para rectificar y optar por el buen camino?).
Como hombre con virtudes
y defectos, Rafael supo hacer y consagrar mucho. Supo fomentar soluciones
salomónicas. Supo fomentar la autoestima y el ilimitado potencial
puertorriqueño. Sigue dando cátedra. Lo más grande es que más allá de relatos
históricos, estudios y estadísticas, es hoy fuera de las responsabilidades
electivas, que Rafael es más grande por las esencias que vivifican al
cristianismo.
Es Rafael el más
admirado por la humildad que tiene la palabra sabia, y sus obras son como
sublime incienso al Creador en el nivel de amor y conciencia de las lecciones
de Jesús contenidas en Mateo 6. La mejor adoración no es con gritos, ataques y
apariencias, sino con lo que respeta, edifica a infunde paz integral. Oremos
por lo confundidos para que aprendan de Rafael y no sean seducidos por lo
incorrecto. Dios emplea los medios que Él desea para responder y obrar; cada
persona que opta por hacer y sembrar el bien, es instrumento de Dios y canal de
bendición. Demos gracias por Rafael Hernández Colón, que es uno de esos
instrumentos selectos de Dios.
·
“La
siembra de la Palabra en los corazones puertorriqueños es siembra de fortaleza
moral y más que nada, siembra de vida eterna. La siembra de la Palabra es pues,
actividad que recaba el mayor respeto y la mayor cooperación dentro de los
límites constitucionales de Gobierno, y de una buena convivencia democrática.
La
Palabra no es ruido, la Palabra es vida.
La
Palabra no es bien de comercio, la Palabra es bien de espíritu.
La Palabra es roca
sobre la cual se levantan los cimientos morales de una sociedad”. --Rafael
Hernández Colón
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