Durante un año, millones de
asteroides transcurren en el universo. Se trata de rocas que orbitan alrededor del
sol. Hay quienes piensan que los asteroides son restos que no lograron unirse
para formar planetas. Son parte de la creación y sus rutas son algo normal,
aunque siempre se observan con sumo cuidado para prevenir cualquier colisión
con nuestro planeta. Es mejor buscar las interpretaciones de buen razonamiento,
vida y amor que buscar las interpretaciones de personalismo y fatalismo.
Incluso de buscarse interpretar como
señales en el cielo de los tiempos, tales señales no son una licencia divina
para que algunos se adjudiquen el poder y la autoridad para maltratar, condenar
y buscar silenciar a todo el que piense diferente. La fe y la lógica dictan que
Dios asume el control de cada señal que proceda y no delega en otros, tal jerarquía,
por lo que al ser humano le toca hacer y sembrar el bien.
Los asteroides que son tan pequeños
que no albergan vida, nos recuerdan que mucho hay que descubrir más allá de la
frontera final, y que más hay que proteger y maximizar la vida en la Tierra. En
ese sentido, al ser Halloween una fiesta enfocada en el presente en la niñez,
la creatividad y la familia, el paso de un asteroide puede interpretarse muy
bien como signo de buen augurio en la medida que se interprete que el universo
se une a la fiesta de buena onda y alienta a valorar y atesorar la vida y la creación.
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