domingo, 25 de octubre de 2015

Sobre un tema “prohibido” y la inteligencia.

Todavía se ve como un tema “prohibido” eso de lo que irónicamente todos hablan o han hablado: la “masturbación”. Lo significativo es que de lo que no se quiere hablar, es de lo que más hay que hablar en la forma debida.

Ante un tema controversial y natural, me pregunté: ¿Qué sienten padres y madres al enterarse de que el hijo y/o la hija practica la masturbación? La lógica me indica que desean decir mucho, pero no desean avergonzar, recuerdan que lo han practicado, no desean provocar algo peor y culminan en silencio.
           
Con toda franqueza, reconozco que hay quienes recuerdan su pasado y se sienten culpables y/o buscan motivos de satisfacción o justificación; y hay quienes piensan que es mejor canalizar energías, impulsos y deseos en la masturbación, que desencadenar otros problemas como embarazos sin control.
           
¿Por qué no tocar responsablemente el tema de la masturbación? Hay que educar:
                  
En lo más simple, la masturbación es auto-estimulación o exploración del cuerpo. Porque cada cual es responsable de sus actos y de las consecuencias de los mismos, no procede atender el tema de la masturbación con mitos y mentiras, o fomentando inseguridades y temores, sino con la verdad.

Hay quienes atan lo de la masturbación con la llamada técnica del “beso astral”. Se trata de una forma de visualización en que se desea algo tanto en la imaginación, que se hace realidad. Es una teoría que no funciona para manipular a otros o violentar el libre albedrío, por lo que la práctica efectiva requiere mucho más que la visualización del momento en intimidad; requiere la visualización de la perfecta complementación en fe, respeto, dignidad, mutuo apoyo, en fin, en lo que hace al amor pleno, verdadero y consagrado al Creador.

No es correcto invocar “religiosidad” para combatir la masturbación y ciertamente es erróneo tergiversar el relato bíblico de Onán, ya que ese personaje se auto-estimuló para evitar embarazar a la viuda de su hermano, no por la búsqueda de placer o de factores de salud. Tampoco se trata de una “maldición generacional”, ya que es una realidad comprensible y natural desde que el mundo es mundo. No es cristiano crear infundados sentidos de culpa y miedo.

No es correcto invocar los mitos que durante años se han presentado para crear terror, o asociar esa práctica en sí, con enfermedades mentales o conflictos de identidad. La conducta de los criminales y agresores sexuales no se origina en la práctica de la masturbación, sino en otros factores. Veamos una opinión profesional:

En el libro “Sexualidad: sus conceptos básicos”, de Gloria Mock y Wilfred Martínez, se establece que la masturbación se lleva a cabo por hombres y mujeres, y “tiene un significado particular para cada persona y en cada etapa de la vida”.

En el libro se explican los beneficios en cada etapa de la vida, que puede hacerse en soledad o con la pareja, que se una forma placentera de liberar tensiones y satisfacer el impulso sexual y desarrolla autocontrol. Se indica que se convierte en un problema cuando en forma compulsiva, interfiere con el comportamiento de la persona.

En otras palabras, se puede comparar la masturbación con una práctica en un simulador de vuelos: Por más que parezca real y ayude a perfeccionar técnicas y fomentar la salud de la mente y la creatividad, los órganos y el cuerpo, no es real, y jamás sustituye lo glorioso de la relación hombre-mujer hecha por el Altísimo.

Lo grande es que por amplia norma general, quienes más aparentan escandalizarse por el tema de la masturbación, son quienes dan los más cuestionables ejemplos y no se escandalizan por lo que hay que hacerlo.

Hay grandes motivos de indignación, como la corrupción (que se manifiesta en robo de dinero y también en robo de ideas y tantas otras formas), engaños, crímenes, abusos, asesinatos, violencia, en fin, temas mayores a lo que hace alguien en su intimidad. 

Mi recomendación es tratar el tema de la masturbación responsablemente, no caer en el idioma prohibicionista que no funciona y tampoco caer en mensajes de mentiras, ya que pierde respeto y autoridad quien miente.

Es mejor hablar con la verdad y explicar que aunque la masturbación pueda tener beneficios, no sustituye a la compañía real y ciertamente Dios no hizo a la humanidad para la soledad. Quién lea estas palabras que esté en esa práctica, ¿qué siente de sí (ante su conciencia y ante el Creador)?

Voy más allá: ¿Quién en su sano juicio puede estar en contra del profesionalismo y lo didáctico para atender el tema de la sexualidad en tiempos en que el tema deja de ser un misterio desde bien temprano? ¿Por qué no buscar ser parte de las soluciones? Lo realmente inmoral se da mayormente en ciertos personajes que se presentan como puritanos y religiosos, que hablan de “valores” para unas cosas y avalan otros pecados, como los que fomentan odio y cainismo, maltrato, engaño y manipulación, corrupción que involucra dinero, o practican en privado lo que condenan en público.
           
No se sienta culpable por algo natural que existe desde mucho antes de nacer usted y sus antepasados. Toda alma tiene derecho a su legítima e integral realización y plenitud. Siéntase llamado(a) a evolucionar para bien y a dar testimonio del amor que es causa de vida fructífera y vocación suprema. Dios ilumine a todos.


                              

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