En este momento,
en la serie “Lecciones de Vida”, recuerdo que mi graduación de escuela superior
fue en mayo de 1985 en la Ponce High. 1985 fue declarado por las Naciones
Unidas como el Año Internacional de la Juventud (es interesante que cuando me
gradué de escuela elemental en 1979, ése fuera el Año Internacional de la
Niñez, y al graduarme de escuela superior fuera el Año Internacional de la
Juventud).
Aparte del “Class
Night”, dos de los eventos especiales del año de mi graduación, fueron la
“Noche de Logros” en el señorial Teatro La Perla el 21 de mayo, y el “Acto de
Acción de Gracias” en la Catedral el 29 de mayo.
En la Noche de
Logros, viví algo que se convirtió en un símbolo de la época: Cantar tomados de
la mano, juntos los compañeros de estudio ante tantos rostros llenos de
emoción, la canción “We are the world” (canción del llamado de ayuda a los
niños y a quienes sufren; canción de concienciación en pro de hermandad y
solidaridad mundial que sigue siendo propósito, misión y clamor).
Mis padres, a
quienes tanto les agradezco y que estuvieron en mis graduaciones de escuela
elemental e intermedia, también estuvieron ahí. Así, ante la graduación que se llevó
a cabo en el patio de histórica Ponce High, no sólo estaban los maestros de ese
nivel, sino el fruto para el que abonaron los maestros de elemental e
intermedia.
Hoy mi padre no
está, pero cada mañana que mi madre me bendice antes de encaminarme a mi
trabajo, algo de aquella graduación y el timbre que sonó y llegó al alma, están
presentes.
Es en 1985 que
captó mi atención una serie que se transmitía en televisión: la serie clásica
Star Trek; serie que alimenta el heroísmo realizable por su admirable dimensión
humana. Pienso que el lema de Star Trek, “To boldly go where no man has gone
before”, inspira lo que busca todo ser humano en su existencia: Llegar a donde
no ha llegado y seguir constructivamente en ruta ascendente.
Desde esa base,
no veamos finales, sino puntos de partida, “to boldly go…”. Reconozco que para
cada tiempo, cada generación dirá que su Clase fue la mejor y ciertamente, cada
clase tiene su brillo especial. Sin embargo, veo con una objetividad, que la
Clase de Ponce High de 1985 tiene su trascendencia. Cada vez que veo las fotos
de la graduación, en el recuerdo veo destellos de momentos (muchos sin fotos,
sólo en mi memoria. Fue la graduación en que Miss De Armas, emblemática
Directora de Ponce High, se retiraba; hubo puntos de evolución y puntos de
comienzo.
Si vemos
rápidamente al 1985, el 2 de enero prestó juramento el gobernador Rafael
Hernández Colón y destacó la plena confianza en el progreso del país “porque el
Señor de la historia caminará con nosotros”; y en octubre de 1985 la tragedia
de Mameyes constituyó un dramático jamaqueo, con el constante llamado a
procurar un desarrollo justo para todos.
Para no
extenderme demasiado con un inventario de sucesos y lecciones de ese año,
pienso que la película “Back to the future” resume mucho al presentar a un
joven que justo en la etapa de graduaciones, descubrió que una acción puede
impactar todo un rumbo de vida. No vi la película cuando se presentó en los
cines, la vi años después, alquilada en el medio de VHS.
En la película de
Steven Spielberg y dirigida por Robert Zemeckis, se destacaron Michael J. Fox,
Christopher Lloyd, Crispin Glover y Lea Thompson. Hoy no todos los que
estuvieron en 1985 están con nosotros. Hoy no todos los que sonreían ante las
cámaras el día de la graduación, han logrado todo lo que visualizaban como
mejor destino en ese día.
Hay quienes han
tenido que emigrar y hay quienes dan arduas batallas y abren caminos. Sin
embargo, también hoy tenemos de la Clase PHS de 1985, grandes testimonios de
triunfos e invaluables aportaciones al país. Una buena lección de “Back to the
future” es “si te lo propones, lo logras”, cuando George McFly hace realidad su
libro, su primera novela, con el título A match made in space.
Esa visión es
gran lección para todas las generaciones: Escribamos nuevas, unificadoras y
brillantes páginas; lo vivido es prólogo. De perseverar con fe, amor, valor y
honor en todo, se trata la vida; el Señor impere.
Que el presente
sea vivo testimonio de la visión que da propósito a la existencia y que el
futuro relate la crónica de los ideales constructivos que nos hacen siempre
jóvenes –en lo revolucionario por su nivel de consagración, lo incorruptible y
lo positivamente potenciador- y dan vida a la vida. Adelante con amor en el
buen camino.
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