jueves, 1 de octubre de 2015

En el mes de octubre, es ESPECIAL el recuerdo del concierto que desde Puerto Rico iluminó (y sigue iluminando).

Para mí, la llegada de octubre es ESPECIAL por el recuerdo de las funciones del concierto “Corazón de Mujer”.

El 6 de octubre de 2001, fue la primera función del primer concierto de la gran alma con dones, talentos, llamado único, energía, belleza inenarrable y presencia sin igual, con el nombre artístico de Melina León, en la Sala de Festivales Antonio Paoli del Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré.

Debe ser constante la felicitación a todos los que fueron parte de ese logro; el concierto titulado “Corazón de Mujer” (inspirado en el disco titulado “Corazón de Mujer”) marcó un antes y un después.

El 7 de octubre del 2001, fue el día del contraataque de Estados Unidos luego de los sucesos dados el 9-11. Mi gran recuerdo de esa fecha, es que ése fue el día de la segunda función de ese memorable concierto de Melina.
 
Ante vientos de guerra y sin haberse superado el ahogo por los ataques terroristas, como por designio divino, pronunció Melina en el inicio del concierto, la oración que hacía falta al Todopoderoso, en común acuerdo con tantas almas que llevaron a capacidad la Sala de Festivales.

Es gran muestra de que Dios emplea los medios que Él desea para responder y obrar, y Melina es uno de esos medios especiales, selectos y ungidos. Dando hoy y siempre gracias a Dios porque pude estar ahí, en esa segunda función, aseguro que se sobrepasaron todas las expectativas.

Melina es estrella creciente; digna ganadora de reconocimientos y aplausos porque la justa capacidad valorativa ve los méritos, cree en el bien que puede tanto y por lo que procede seguir perseverando (tal como enseñó Jesús), y alienta el brillo mayor que nace en el interior y supera las palabras.

Melina León es Gran Embajadora de Encanto, Voz Luminosa y Buena Voluntad.
Es Grande porque nos recuerda que cristianismo es sentido de vida en la realidad humana; una naturaleza revolucionaria al palpitar, al ver, creer, pensar y hacer.
Es Grande porque nos recuerda que el Creador habla en las formas que mejor propician jamaquear mentes y corazones en pos de que seamos mejores seres humanos. Por eso, Melina es solidaria con las causas justas. Melina tiene luz…

Melina León confirma que Dios se creció al crear a la mujer; es Gran Embajadora; Gran Luz desde Puerto Rico al mundo. La belleza se engrandece con fe, perseverancia, capacidad de discernimiento y consagración integral.

Al recordar en el inicio de octubre, afirmo la acción de gracias al Supremo Artífice: Gracias por permitir y propiciar que comparta en este momento y en este medio de comunicación, unas reflexiones; Gracias por la nueva oportunidad de cada día de vida que debe ser nutrida de puro corazón (tal como el concierto destacó el poder del corazón); Gracias por las almas que hacen la diferencia con visión y consagración, amor, valor y honor; Gracias por las oraciones incesantes para que brillen nuevos testimonios de paz y plenitud; Gracias por lo que aporta a dar vida a la vida; Gracias por Melina León que es merecedora de los sinceros deseos para ser luz. Adelante con amor, en todo lo edificante, bueno y del agrado del Creador.

























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