jueves, 6 de septiembre de 2012

Dos factores que reviven la esperanza en Puerto Rico


El país está en tiempos de plena campaña política y aún los más optimistas, expresan dudas sobre la capacidad para enfrentar efectivamente los graves problemas sociales.

 

La realidad es que en la vida siempre habrá problemas y no hay puntos finales, sino etapas de desarrollo y evolución generacional en una ruta interminable.

 

No critico a quienes se debilitan en la fe y la esperanza. Por eso he escrito: “Ser ‘cristiano’ no es ser perfecto o inmune a lo que afecta al mundo. Ser ‘cristiano’ es ser creyente; lo que infunde una naturaleza revolucionaria al palpitar, al ver, creer, pensar y hacer”. De eso se trata la perseverancia y comparto dos factores que reviven la esperanza en Puerto Rico:

 

·         Reconozco que el 19 de agosto voté “Sí” a la limitación del derecho a la fianza (con el razonamiento de que se buscaba dar discreción para limitar el derecho a la fianza en casos que afectan y consternan a todo un pueblo y no se elimina el derecho a la fianza) y “No” para reducir el número de legisladores (con el razonamiento de que procede respetar el mandato democrático del pueblo dado en el 2005 con el 83.4% de los votos por un sistema legislativo unicameral). Ya que la sinceridad facilita la comprensión, reconozco que lo volvería a hacer. Sin embargo, veo lo más esperanzador de la victoria del “No” en ambas propuestas, en que el pueblo va superando aquello de seguir ciegamente a líderes y a la disciplina del partido. El gran mensaje es que quien quiera prevalecer, debe convencer con argumentos serios y no con la manipulación que menosprecia al intelecto y al ser humano.

 

·         Dos casos que han estremecido al país son el asesinato del niño Lorenzo y el asesinato de Carmen Paredes. No se trata de olvidar que hay muchos otros casos que son grandes reclamos de justicia que deben ser resueltos. Se trata de que son casos que impactan porque acentúan las desigualdades y abismales brechas sociales existentes en la Isla. Aún ante tragedias que consternan y que no debieron ocurrir,  veo lo más esperanzador en que el país ha sabido identificarse con lo primero, que es hacer justicia a la víctima. El país ha sabido no desviarse de eso.

 

Son dos factores que reviven la esperanza en Puerto Rico porque confirman que en la forma de responder a un tema, se pone al descubierto de qué y cómo uno está hecho. Es desde esa definición individual que se define el escenario colectivo.

 

Como toda obra humana, no es perfecto el sistema democrático, pero aún ante los graves problemas sociales, los asuntos pendientes, las desigualdades y las fallas de los que traicionan el deber y la confianza del pueblo, el que puedan surgir factores que reviven la esperanza, es gran señal de que se pueden superar las manipulaciones y los engaños y el “tanto tienes, tanto vales”; que un mejor país es posible y es agenda de constante progreso y perfeccionamiento integral para todas las generaciones.

 

Demos gracias por los dos factores que reviven la esperanza en Puerto Rico que abren puertas a nuevas y mejores posibilidades. Dios ilumine a todos en la Isla del Cordero.
 
 

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