domingo, 9 de septiembre de 2012

Somos llamados a redescubrir los motivos de vida y perseverancia


Una serie que ha captado mucha audiencia es “The Walking Dead” y lo ilógico es que tenga tan buen “rating”, una serie que presente una vida sin sentido, en un mundo en que vivir consiste en estar en constante huida para no ser devorado por un zombie, o convertirse en un zombie. Se presenta un mundo sin aspiraciones me mejora y sanidad, y sin promesa alguna de fe y salvación integral.

 

Reconozco que he visto esa serie como un medio de entretenimiento, ya que se trata de ficción. Sin embargo, recientemente vi un reportaje que dice:

 

“Los zombis están llegando”

“Esta iniciativa forma parte de un plan del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos que instó a sus ciudadanos a prepararse para una hipotético ‘ataque zombi’, con el objetivo de fomentar una mejor preparación ante desastres y situaciones de emergencia”.

“… Las autoridades opinan que en caso de que los residentes estén preparados para un ataque zombi, podrán afrontar cualquier desastre o catástrofe, sea un huracán, epidemia o un ataque terrorista, según informó el Huffington Post”.

 

Es un reportaje que se puede ver como broma o como algo muy serio. Puede activar la imaginación y llevara preguntar si hay algo que el gobierno sabe y los ciudadanos no, y se va preparando a la ciudadanía para enfrentar una inimaginable crisis mayor.

 

Puede activar la lógica y llevara reconocer cómo los publicistas buscan sacar provecho de lo que capta la atención de la audiencia, para llevar un mensaje que demasiadas personas ignorar o toman livianamente.

 

En todo caso, la realidad es que zombies, o muertos vivientes, ya existen. Los tenemos en quienes se consumen en vicios, en quienes buscan escapes de la realidad, en quienes han perdido la fe y los deseos de vivir, en fin, en quienes apagan su luz.

 

Somos llamados a redescubrir los motivos de vida y perseverancia. Somos llamados a estar en constante renovación y restauración. Busquemos vivir los testimonios que edifican a uno mismo y a los demás. Consagremos la existencia que es oportunidad única para amar, crecer y fructificar. Dios ilumine a todos.

 


 

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