viernes, 21 de diciembre de 2012

¿Todos estamos bien?


Hoy viernes 21 de diciembre de 2012, muchos respiran “alivio” porque llegó el “fin del mundo”. No faltan quienes se burlan de las teorías y “profecías” de los maya y de connotación apocalíptica. ¿En verdad todos estamos bien? ¿El mundo está bien?

 

Pienso que cada alma que ha podido abrir los ojos a este nuevo día, debe buscar prudencia. Seamos sinceros, vivimos en un mundo:

 

·         En que se dan motivos de gratitud y motivos de inquietud.

 

·         En que un saldo de muertes y engaños, son reflejo de males mayores.

 

·         En que decepciones debilita la fe y hasta el creer en el amor real y con poder.

 

·         En que hay desigualdades, abusos e injusticias.

 

·         En que la perplejidad ante pruebas y dolores que superan palabras, requieren respuestas que rompan moldes, ideas caducas, manipulaciones y estereotipos.

 

En este mundo, no hay persona ni lugar exento de pruebas y dolores. Jesús fue perseguido, atacado e incomprendido, y nos dice: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”. –San Juan 16:33

 

Hoy veo lo siguiente: Celebrar que el mundo no acabó para seguir en más de lo mismo, es acabarlo día a día.

 

¿Alguien piensa que nada se puede cambiar? Uno tiene control sobre unos mismo y esa realidad natural, confirma que lo que influencia positivamente es la voz fundamentada en lo que se vive y en la sabiduría que aún ante lo pendiente y no logrado, puede transmitir deseos aliento de vida.

 

Cada milagro que se pueda recordar hoy, tiene que confirmar que NO es imposible ser parte de nuevos y más milagros. Cada lágrima genuina y pura, debe mover a lograr comenzar cambios. Cada persona que busca asumir bien su responsabilidad y agradar a Dios, debe ser motivo de aliento a la acción de bendecir para ser parte de una cadena de crecimiento integral y edificación. Cada ejemplo que llegue al pensamiento de voluntad y perseverancia, nos tiene que confirmar que NO es imposible rescatar el verdadero amor con poder que es capaz de mucho por la fuerza que viene de adentro.

 

Al escribir así, cada alma que lea mis palabras tendrá sus propias reflexiones. No procede hacer público lo más íntimo y ciertamente no escribiré lo más personal de mí.

 

De hecho, en San Mateo 6:6 dice: “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”.

 

La Palabra confirma que no se trata de religión y apariencia, sino de relación y esencia con lo supremo y trascendente. Por eso, es chocante la tendencia de despachar consejos y mensajes con actitud de indiferencia y libretos memorizados.

 

Se trata de buscar que lo que más uno desee, supere a uno mismo para ser un testimonio de luz en un mundo que enfrenta demasiadas oscuridades. En mi caso, deseo vivir el cumplimiento de una gran promesa. Otros podrán fijar otros deseos.

 

Que el factor común pueda ser la prudencia y un nuevo nivel de conciencia, en que los nuevos días a partir de hoy, no sean de un más de lo mismo que nada bueno aporta, sino de una Revolución Diaria que desde cada vida y su drama, vaya forjando los trazos de perfeccionamiento en el gran cuadro de la creación.

 

¿Todos estamos bien? Dios ilumine a todos.

 

 

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