Se ha informado que el Municipio de
San Juan le notificó a parte de sus empleados transitorios que sus contratos no
serán renovados.
Se ha informado también que la
Alcaldesa de Ponce, dio a conocer un Plan de reorganización fiscal que
contempla no dar paso a la extensión de alrededor de 400 contratos a término y
la reducción de dos días al mes en la jornada de trabajo de los empleados
municipales.
No justifico ni defiendo que se
quite el pan de una mesa. Tampoco justifico ni defiendo los trucos para cazar
votos. Ahí está el detalle que marca una diferencia.
·
En el caso de San Juan, todo indica que se enfrentan a lo
dejado por un ex-alcalde que se enfocaba en estrategias, imágenes y proyectos
sin considerar la mejor administración, prioridades y consecuencias
presupuestarias.
·
En el caso de Ponce, todo indica que la Alcaldesa, para
la elección del 2012 puso “fin” a la reducción en la jornada laboral con el
mensaje de que se puso la casa en orden, y ahora resulta ser todo lo contrario.
¿Señalará a la pasada administración cuando esa administración es su propia
administración?
No todo es igual y no todo es por lo
mismo. ¡Esa es la diferencia!
Que
conste que no ataco a mujeres, no voy con campañas negativas y estoy consciente
de que la Biblia establece el orar por las autoridades. Es
legítimo exigir cumplimientos de funcionarios electos y hasta advertir con
buena fe cuando procede, pero es mejor aconsejar como si se representase a
Jesús.
El análisis de lo que ocurre en
Ponce y San Juan no plantea justificaciones ni defensas, sino el claro
razonamiento de que el país debe superar la politiquería y los estilos de lo
peor del pasado. San Juan se encuentra en buen camino y Ponce deberá en su buen
tiempo, redescubrir la ruta correcta. En lo inmediato, a exigir cumplimientos,
perseverar y consagrar todo. Dios ilumine a todos en la Isla del Cordero.
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