martes, 19 de febrero de 2013

Las mayorías no son para abusar, son para servir bien


“Somos más, somos la mayoría", César Vásquez (pastor).

 

Es triste y decepcionante que se manipule y tergiverse por parte de quienes deben honrar una vocación consagrada, el término de “mayoría”, ya que Jesús promueve que no se abuse y se dé la mano al confundido, sufrido y olvidado, NO promueve caer en los mismos estilos de lo que más se critica y de los perseguidores y victimarios. NO olviden que perseguidores religiosos con el mensaje de ser “mayoría”, liberaron a Barrabás y asesinaron a Jesús. ¿Sirve bien caer en repetir eso?

 

No está bien polarizar, y no fomenta una buena civilización la desigualdad y la flagelación a la disidencia. El concepto de que impere “lo que piense la mayoría”, NO es un absoluto o una licencia para aplastar a quien piense diferente. Jesús dijo que lo que se le hace al prójimo a Él se le hace; y La democracia no tiene su grandeza en la fuerza de unas mayorías, sino en la justicia y buen trato a las minorías.

 

Lo sabio, correcto y sobre todo cristiano, es dar humildad a la mayoría y buen trato a la minoría; ya que está la Ley de Siembra y Cosecha y la vida es como una rueda (quien hoy está arriba, mañana puede estar abajo, y viceversa). Recordemos que las mayorías a veces aciertan y a veces se equivocan (la Biblia nos dice que una mayoría pidió la liberación de Barrabás; la historia nos dice que una mayoría llevó al poder a Hitler y una minoría comenzó lo que hoy se llama cristianismo).

 

La Biblia establece el orar por las autoridades, no el amenazar a las autoridades. Es legítimo exigir cumplimientos de los funcionarios electos y hasta advertir con buena fe cuando procede, pero es mejor aconsejar como si se representase a Jesús, Príncipe de Paz. ¿Le agradaría a Jesús que se empleen presiones en vez de razones? ¡Alerta ante los lobos disfrazados de cordero que en diversos foros buscan sacar ventaja! ¡NO a la politiquería desde el rol de consagración!

 

 Veo que es importante la oración para que quienes estén ante las congregaciones, NO se dañen, NO dañen y fomenten la plena abundancia de todos en línea con la Palabra y la sana doctrina cristiana. Así, oremos por la familia con el hacer consagrado.

 

--Gerardo L. Berríos Martínez        

 

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