“Somos más, somos la
mayoría", César Vásquez (pastor).
Es triste y
decepcionante que se manipule y tergiverse por parte de quienes deben honrar
una vocación consagrada, el término de “mayoría”, ya que Jesús promueve que no
se abuse y se dé la mano al confundido, sufrido y olvidado, NO promueve caer en
los mismos estilos de lo que más se critica y de los perseguidores y
victimarios. NO olviden que perseguidores religiosos con el mensaje de ser “mayoría”,
liberaron a Barrabás y asesinaron a Jesús. ¿Sirve bien caer en repetir eso?
No está bien polarizar, y no fomenta una buena civilización la desigualdad
y la flagelación a la disidencia. El concepto de que impere “lo que piense la
mayoría”, NO es un absoluto o una licencia para aplastar a quien piense
diferente. Jesús dijo que lo que se le hace al prójimo a Él se le hace; y La democracia no tiene su grandeza en la fuerza de unas mayorías, sino en
la justicia y buen trato a las minorías.
Lo sabio, correcto y sobre todo cristiano, es dar humildad a la mayoría y
buen trato a la minoría; ya que está la Ley de Siembra y Cosecha y la vida es
como una rueda (quien hoy está arriba, mañana puede estar abajo, y viceversa).
Recordemos que las mayorías a veces aciertan y a veces se equivocan (la Biblia
nos dice que una mayoría pidió la liberación de Barrabás; la historia nos dice
que una mayoría llevó al poder a Hitler y una minoría comenzó lo que hoy se
llama cristianismo).
La Biblia
establece el orar por las autoridades, no el amenazar a las autoridades. Es
legítimo exigir cumplimientos de los funcionarios electos y hasta advertir con
buena fe cuando procede, pero es mejor aconsejar como si se representase a
Jesús, Príncipe de Paz. ¿Le agradaría a Jesús que se empleen presiones en vez
de razones? ¡Alerta ante los lobos disfrazados de cordero que en diversos foros
buscan sacar ventaja! ¡NO a la politiquería desde el rol de
consagración!
Veo que es importante la oración para que quienes estén
ante las congregaciones, NO se dañen, NO dañen y fomenten la plena abundancia de
todos en línea con la Palabra y la sana doctrina cristiana. Así, oremos por la
familia con el hacer consagrado.
--Gerardo L. Berríos Martínez
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