jueves, 21 de febrero de 2013

Hay heroísmo…


Hay heroísmo tanto en lo humilde que da todo lo mejor del ser, como en lo que comunica con prudencia para que el testimonio dé luz de verdad y no soberbia. Hay heroísmo en no renunciar a los grandes propósitos. Hay heroísmo en seguir perseverando con fe, valor y amor ¡El heroísmo consagrado es real y puede mucho!

 

¡Sí! Podemos llegar a donde no hemos llegado. Podemos vestirnos del heroísmo que hace la diferencia:

 

·         al dar fe en donde no la hay,

 

·         al saber decir no al mal,

 

·         al saber decir sí a lo que suma a la vida de quienes se ama y más allá,

 

·         al dar el bálsamo a los que lloran y sufren,

 

·         al dar el perdón que no es simbólico y sí es camino de cambio y evolución,

 

·         al dar la solidaridad a quienes resisten ante las manifestaciones de la corrupción,

 

·         al dar comprensión en donde se ha perdido,

 

·         al dar apoyo al caído para levantarse,

 

·         al dar fuerza a las buenas causas,

 

·         al dar atención debida al alma en formación y al alma que merece dignidad y tanto puede aportar en los años dorados,

 

·         al dar el buen consejo que aporta a perfeccionar la jornada,

 

·         al dar potenciación a quienes necesitan redescubrir que no es demasiado tarde,

 

·         en fin, el heroísmo abre caminos en la soledad, busca sabiduría trascendente y edificante,  y crece en pos de nuevas y mejores realidades.

 

El heroísmo real se atreva a vivir, perseverar y fructificar con el más abarcador amor.

 


 

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