miércoles, 27 de febrero de 2013

Todo proyecto de vida adquiere grandeza en la vida como causa de AMOR


En los Premios Oscar (los premios de la Academia de Hollywood), dados el domingo 24 de febrero de 2013, rompiendo patrones tradicionales, lo que más ah generado comentarios y captado la atención, ha sido que la actriz Anne Hathaway logró el Oscar a la mejor actriz de reparto por su trabajo en "Les Misérables",

 

Según los reportajes, dijo Hathaway: "Se ha hecho realidad"; "Es un tremendo honor. Hay tanta gente cuya generosidad ha hecho que esté hoy aquí... Como Hugh Jackman. Hugh, eres el mejor".

 

Sin embargo, lo que veo como más admirable y emotivo, fue su último agradecimiento a su marido: "El mejor momento de mi vida fue cuando entraste en ella". Eso fue lo mayor porque todo premio es fruto de perseverancia, y todo proyecto de vida adquiere grandeza  en la vida como causa de AMOR.

 

Desde temprano en su vida demostró que tiene quilates y su trayectoria es brillante. En términos de sus creencias religiosas, ha expresado que son "una obra en progreso", debido a que choques con posturas rigurosas, le han llevado a considerarse una cristiana sin denominación “porque no he encontrado una religión para mí".

 

Merece ayuda integral, consejo y sobre todo oración, para que descubra que ser “cristiano” no es religión, un género musical o una marca comercial. Ser “cristiano” no es ser perfecto o inmune a lo que afecta al mundo. Ser “cristiano” es ser creyente; lo que infunde una naturaleza revolucionaria al palpitar, al ver, creer, pensar y hacer.

 

Es el primer Oscar para Anne Hathaway. ¡Enhorabuena! Es notable su gran capacidad como actriz, y también su elegancia y belleza. La magia no estuvo en el vestido que lució, sino en ella. Reafirmo que Dios se creció al crear a la mujer.

 

Con ese nivel de sinceridad y respeto, sigo admirando más a la gran alma con dones, belleza inenarrable, energía, llamado único y presencia sin igual con el nombre artístico de Melina León.

 

Si aceptamos que el mundo es un gran teatro y Dios dio unos papeles, entonces es edificante ver que en cada alma hay un depósito y llamado divino, y lo mejor que define a uno es lo que uno vive sana y constrictivamente.

 

Somos llamados a redescubrir los mensajes de perfección en cada detalle sublime de la creación. Somos llamados a buscar ser bendecidos para bendecir. Somos llamados a hacer y sembrar el bien. Somos llamados a la consagración que es fe en acción. Dios ilumine a todos.



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