A
la pregunta de “¿Entiende que se podrá llegar a un consenso entre ambas
facciones del PPD?”, el licenciado Rafael Hernández Colón respondió:
·
“Debía haber un punto medio, porque el
partido debe ir unido a un plebiscito. El punto medio tiene que estar en el
punto donde se logra la mayor autonomía posible dentro de la relación que
tenemos con los Estados Unidos, sin alterar la naturaleza de esta relación”.
Es
una sabia, sencilla y directa respuesta. Es mucho más que unidad partidista, es
unidad por Puerto Rico. Eso es aportar a hacer y consagrar patria. La clave es recordar
que el status político no es un ideal o finen sí mismo, sino un instrumento
para servir al ser humano, a su mejor bienestar, progreso con equidad y
justicia social.
Procede
reconocer que lo que más ha afectado negativamente es el cainismo de sabotear
todo paso de avance autonómico del país y el personalismo de no ver más allá
del corto plazo. Hay que trascender lo pequeño y crecer en las buenas bases.
El
ELA es fruto del más democrático y admirable proceso y es mucho más que las
consideraciones partidistas, las agendas personales e ideológicas, y las decisiones
y actuaciones de funcionarios y administraciones de turno. Lo significativo es
que el ELA tiene gran historia por las esencias de pueblo y patria. La realidad
es que el ELA es ampliamente reconocido y validado.
Lo
primero internacional que valida al ELA es La Resolución 748, mediante la cual,
la Asamblea General de las Naciones Unidas celebró el proceso que ponía fin a
la clasificación de Puerto Rico como colonia y dijo entonces que “reconocía que
el pueblo del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, al expresar su sentir de
forma libre y democrática, ha alcanzado un nuevo status constitucional” y que
“el Pueblo del Estado Libre Asociado de Puerto Rico ha sido investido con
atributos de soberanía que claramente identifica el status de gobierno propio alcanzado
por el pueblo de Puerto Rico como el de una entidad política autónoma”.
Además,
la Resolución 2625 reconoce en “El principio de la igualdad de derechos y de la
libre determinación de los pueblo”, lo siguiente: “El establecimiento de un
Estado soberano e independiente, la libre asociación o integración con un
Estado independiente o la adquisición de cualquier otra condición política
libremente decidida por un pueblo constituyen formas del ejercicio del derecho
de libre determinación de ese pueblo”. Es decir: Es falso argumentar que el ELA
no es opción y que se tiene que tomar un camino en específico por el llamado
“derecho internacional”, ya que en las más simples y directas palabras: Todos
los principios en derecho y procesales, se fundamentan en que lo que debe imperar
es la libre y sabia voluntad del pueblo.
El ELA provee una Constitución ejemplar, y
como pacto democrático ha funcionado. Sin embargo, con el paso del tiempo, se
ha considerado pertinente revisar términos de ese pacto para dar mayores
poderes a la Isla en temas controlados por el nivel federal.
Eso NO significa eliminar el pacto o que no
sirva, sino perfeccionarlo. En la medida que la empatía, la generosidad y el
patriotismo prevalezcan en forma sabia y salomónica, redescubriremos la gran
herramienta de estabilidad y progreso que es el ELA en la base de perfeccionar
la unión permanente de Puerto Rico con Estados Unidos.
Los movimientos migratorios dan serios
mensajes (seamos sinceros: el gran numero de boricuas en el norte y el verse la
nación norteamericana como destino natural, supera teorías y plantea el superar
el insularismo y crecer en forma integral), por lo que se trata de una unión
que trasciende la juridicidad en lo humano y requiere trascendencia en la obra
que al fomentar constructiva autoestima, unificadora autosuficiencia y
edificante productividad, nos haga mejores aliados de Estados Unidos.
Aunque el ELA no es colonia y es una
alternativa válida y aceptable, genuinas inquietudes, ciertos niveles de
insatisfacción y serios problemas socioeconómicos que requieren todo lo mejor
de talentos solidarios e intelecto edificante, confirman que se necesita un
proceso de diálogo y mecanismos como una Constituyente, o una consulta avalada
por el Congreso, para poder llegar a un punto en que se respete la voluntad
democrática en el debido proceso.
Recordemos que el gran ideal NO está en una
fórmula de status político, sino en la inmensa obra humana a desarrollar. Los
logros del ELA no son un recuerdo nostálgico pasado, son la zapata que nos
llama hoy a edificar más. Es la base de la verdad y la sana autoestima, lo que
nos convoca a realizar las hazañas del siglo 21 con la misma fuerza de pueblo
unido y visionario con que una vez dijimos “Manos a la Obra”.
El caso de Puerto Rico no es de naturaleza
colonial, sino de buscar perfeccionar su realidad. No se trata de que el ELA no
sirva. La evidencia confirma que el ELA sirve y es buena zapata para construir.
Se trata de atender temas pendientes y actualizar lo iniciado al crearse el
ELA, en temas como la Ley de Cabotaje, elevar a rango constitucional la
autonomía municipal, y otros. Lo que hace a algo es su esencia y no un nombre. Adelante
con el ELA, que el ELA es Puerto Rico. Gracias a Rafael Hernández Colón por
aportar serenidad y sabiduría. Dios ilumine a todos.
·
“En Puerto Rico nos sentimos profundamente
orgullosos de la aportación al pensamiento político de América que significa el
Estado Libre Asociado. Nos sentimos orgullosos como puertorriqueños y como
ciudadanos de Estados Unidos. El Estado Libre Asociado es creación del espíritu
de ambos pueblos. La capacidad de ambos para desarrollar nuevas formas
políticas; la disposición de Estados Unidos, tan claramente demostrada en el
caso de Puerto Rico, de respetar y respaldar los deseos democráticamente
expresados por un pueblo –aún llegando a adoptar nuevas formas e instituciones
en su manera tradicional de federalismo- hacen que se ahonden nuestra confianza
en nosotros mismos como puertorriqueños, nuestro afecto por el pueblo de
Estados Unidos, nuestro respeto por la libertad que simboliza, sostiene y
genera. No es libertad rutinaria. No es libertad incrustada en rígidos moldes
jurídicos. Es libertad creadora de nuevas dimensiones de libertad”. –Luis Muñoz
Marín.
·
“La creación del
Estado Libre Asociado fue la culminación de una centenaria tradición autonómica
que lanza su primera palabra con el obispo Arizmendi en la Catedral de San Juan
y con Ramón Power en las cortes de Cádiz. Esa idea se ennobleció con sacrificio
de los mejores de nuestros mayores. Hoy seguimos recordando con el más profundo
respeto a aquellos hombres que arrastraron la persecución, la cárcel y el
exilio en defensa de nuestros intereses y nuestros derechos.
Y, entre ellos,
tenemos hoy nuestro primer recuerdo para el hombre que finalmente pudo dar
forma y poner por obra las ideas de libertad y de justicia que venían madurando
a lo largo del tiempo el líder, el arquitecto de una nueva esperanza, Luis
Muñoz Marín. Nosotros somos la continuación de esa historia y esa historia no
puede perderse...
Una nueva dimensión
de soberanía necesaria para que un país como Puerto Rico vinculado con los
Estados Unidos a través de la común ciudadanía, pero con historia, cultura y
circunstancias diferentes, pudiera enfrentarse a los más graves problemas de
pobreza extrema y superarlos adquiriendo un nivel de desarrollo que no ha sido
igualado en toda la América latina.
Una nueva
dimensión de soberanía que brinda a las libertades civiles de los
puertorriqueños las protecciones de dos constituciones: la constitución
americana y la constitución del Estado Libre Asociado. Doble protección para el
pleno disfrute de todos los derechos constitucionales que proceden de la común
ciudadanía de los Estados Unidos de América…
Su carácter
autónomo está plenamente reconocido. Ya no puede haber dudas sobre su soberanía
dentro del sistema federal...”
--Rafael Hernández Colón
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