En el 2014, hubo
quienes señalaron el surgimiento de una Isla como una “señal de Dios” para
llamar al “arrepentimiento”. Hay que tomar con pinzas eso. Hay que superar lo
extremista y manipulador; ya que en demasiados casos se busca adeptos en base a
fomentar los peores instintos e inseguridades, y quienes más condenan son
quienes más deben arrepentirse como fruto de un verdadero Damasco. Se necesita
amor y verdad; educar y fomentar sabiduría, positivismo y soluciones
salomónicas.
Los terremotos y
el surgimiento de islas son parte natural del planeta. Los terremotos y el
surgimiento de islas NO son instrumentos para el terror, el cainismo y la
manipulación. ¿A quién se culpará por los terremotos y el surgimiento de
territorios de hace millones de años? Hay factores naturales en el planeta y
hasta en lo de los daños a la capa de ozono, se está restaurando; así, en vez
seguir lo de hacer sentir culpable, es mejor aprovechar para fomentar
restauración en todo.
Ante las
realidades de la naturaleza que confirman la igualdad de lo efímero para todo y
para todos, es triste que ciertos personajes se enfoquen en manipular e
infundir miedos e inseguridades por sus propios intereses. El hecho de haber lo
salvífico además de lo natural, confirma que el amor es más que ciertas
interpretaciones y ante las voces de la
manipulación, la exclusión, el maltrato y el oscurantismo.
A quienes
tergiversan, deforman y desvirtúan los temas, se les podría plantear: Si
terminará el mundo y nada se lleva uno, ¿Darías todo a los más necesitados? Si
terminará el mundo y uno solo lleva ante Dios las obras, ¿Aprovecharías el
tiempo para fomentar restauraciones, amor, perdón y la Equidad que es buena y
agrada a Dios? Si terminará el mundo y el tiempo es cada vez más breve, ¿Harías
mensajes en verdad con nueva unción y no libretos memorizados? En fin:
¿Optarían por terminar la jornada brillantemente en vez de seguir en los mismos
estilos egoístas y cuestionables?
Dice la ciencia:
“La materia no se crea ni se destruye, solo se transforma”. Tomemos las mejores
lecciones de eso, para ver que no hay finales absolutos, hay comienzos.
Dios emplea los
medios que Él desea para responder y edificar, cada persona que opta por hacer
y sembrar el bien es instrumento de Dios y canal de bendición.
A los creyentes les
toca amar, orar y bendecir, interceder en oración por autoridades y quienes
están ante las congregaciones para que cumplan bien y no caigan en tentaciones,
no dejar de perseverar en lo correcto que infunde paz y armonía que trasciende
a un lugar de congregación, y también no decir “amén” ciegamente.
Porque uno solo
tiene control de uno mismo, a cada alma le toca tomar la decisión de ser mejor
ser humano; no por temor a la naturaleza, a mensajes apocalípticos o al ciclo
de la vida, sino por confianza en que la llama que siempre estará viva, es de
amor.
·
“Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús
le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con
toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es
semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos
depende toda la ley y los profetas”. --Mateo 22:36-40
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