Sobre el Puerto
de Singapur, dice información en internet:
·
“… ha tenido que
competir con otros puertos de la región para atraer al sector naval y el
comercio en su puerto. Lo ha hecho mediante el desarrollo de una economía
orientada a la exportación, basada en el valor agregado manufacturero. Obtiene
productos en bruto o parcialmente manufacturados de los mercados regionales y
mundiales, y exporta productos con valor agregado de nuevo a estos mercados a
través de acuerdos de acceso a los mercados mediante las directivas de la
Organización Mundial del Comercio o acuerdos de libre comercio”.
“En la década de
1990 el Puerto se hizo más conocido y superó a Yokohama, y con el tiempo se
convirtió en el puerto más activo en términos de tonelaje”.
Es notable que
Singapur tomó la sabia decisión de hacer del desarrollo de su puerto, un
proyecto de todo el país. Es una muy buena lección aplicable a Puerto Rico. Es
una lección que debe llevar a comprender que unidos como pueblo, podemos lograr
tal hazaña indistintamente de la fórmula de status político.
Voy
más allá: El informe
presentado en el 2015 por la economista y exdirectora del Fondo Monetario, Anne
O. Krueger, no adjudicó la causa de los problemas y la deuda de la Isla al
sistema democrático-constitucional de Estado Libre Asociado, sino a factores de
crisis económica y fiscal. No deja de hacer mención del impacto de la pérdida
de la Sección 936 y presenta las adversidades (como altos costos y pérdida de
población) y las decisiones cuestionables (como el endeudamiento) en el sistema
económico. En parte dice:
·
“The restoration of confidence and
growth requires ambitious measures in three inter-locking areas: structural
reform, fiscal consolidation/debt restructuring, and institutional reform. All
are important, and the exclusion of any one reduces the chances of success of
the others”.
Es cierto que hay áreas del status político que pueden ayudar a potenciar el desarrollo económico, como eximir a la Isla de la Ley de Cabotaje o dar mayores alcances al comercio con otros países. Se ha hablado mucho sobre lo necesario de eliminar la mencionada Ley para que se desarrolle el Puerto de las Américas Rafael “Churumba” Cordero Santiago y se alivie el costo de vida. La lógica dicta que es así, pero nada hay que asegure que sería así. Históricamente, el independentismo ha abogado por la eliminación de la Ley de Cabotaje, pero con el paso de los años, estadistas y estadolibristas se han ido uniendo a esa corriente. En una ponencia, Churumba reconoció que aún con la Ley de Cabotaje, el Puerto de puede desarrollar; lo que confirma que sería un error condicionar el desarrollo del Puerto a la eliminación de la Ley de Cabotaje. En esa ponencia del 21 de junio de 2001 dijo: “El doctor Frankel establece la viabilidad del proyecto partiendo de la base de que el mismo servirá para el trasbordo de carga desde y hacia otros países que no son los Estados Unidos, por lo que las Leyes de Cabotaje no afectan de manera alguna la viabilidad del proyecto”. Eso significa que en el sistema actual se puede desarrollar. Hay que recordar los buenos testimonios de progreso con el ELA bien administrado y fortalecido, que tienen vigencia. Es recomendable buscar como proyecto de país la restauración de los instrumentos que demostraron gran efectividad, a la altura del siglo 21 y más allá.
Procede reconocer
que hay países con la llamada “soberanía plena” que son parte de la
controversia sobre la deuda externa, y hay estados de la Unión que llegan a la
quiebra. El tema de la deuda es puramente administrativo y no de ideologías
sobre status político; “poderes” sin capacidad administrativa es como no
tenerlos; se necesita integral potenciación. Presentar lo de cambio de status
como varita mágica que resuelve todo, es un engaño. En pocas palabras: Sin
capacidad administrativa, no se logra el efecto deseado con los poderes
adicionales.
Al considerar el
tema del ELA en tiempos de crisis económica, no significa que ese modelo
político no sirva. En Estados Unidos y nuestros países vecinos, no se plantea
el desmantelar la estructura democrática-constitucional al enfrentarse retos
económicos. El gran logro de 1952 en Puerto Rico tiene plena dignidad moral y
política, y las áreas de déficit democrático requieren que sea perfeccionado y
no desmantelado.
Se deduce de lo
anterior que en la historia de Puerto Rico, en un tiempo de crisis económica
mundial, fue acertado lograr la Sección 936 y fue correcto buscar darle
permanencia a ese instrumento de promoción industrial que aportaba mediante la
creación de empleos, la dinámica económica y el “tollgate tax”. Fue devastador
que el cainismo y la esclavitud de la ideología abonaran a eliminar la Sección
936. Estamos en el momento propicio de buscar como pueblo unido, un nuevo
instrumento como lo fue la Sección 936, ya que fracasaron los argumentos que
justificaron el fin de la 936; pero tiene sentido también la advertencia de
buscar no fundamentar todo en un privilegio congresional que el Congreso puede
eliminar. Hay que buscar lo salomónico.
Se necesitan
bases más estables de progreso y desarrollo. Así, nació el concepto de un
Megapuerto, como nuevo proyecto de país para sustituir la Sección 936. La
administración Rosselló impulsó la idea y en su Mensaje de Logros, año fiscal
2002-2003, pronunciado el 2 de octubre de 2003, dijo el alcalde Rafael Cordero
Santiago:
·
“De manera que
cuando Ponce habla del Puerto de las Américas quiere decir que la parte
sustancial para el modelo económico es la fase de valor añadido por su
capacidad para generar miles de empleos remunerados y de transformar la
estructura sectorial de la economía de Puerto Rico. Antes de iniciar el detalle
de lo que estamos haciendo, permítanme señalar que todos los trabajos
terminados, en construcción y a construirse, como parte del desarrollo de
infraestructuras previas al Puerto de las Américas, están concebidas en la
probabilidad de renovar y ampliar nuestra base industrial y de servicios, de
manera que junto con la creación de miles de puestos de trabajo mejor pagados,
Puerto Rico adopte un nuevo modelo económico que pueda y tenga que integrar en
su desarrollo las prédicas de sustentabilidad y desarrollo inteligente. En el
Ponce y Puerto Rico del siglo XXI no hay espacio para chapucerías”.
Porque “en el
Ponce y Puerto Rico del siglo XXI no hay espacio para chapucerías”, se necesita
mejor visión y dirección. El Puerto de las Américas Rafael Cordero Santiago ha
tropezado con el partidismo, el personalismo y más: la centralización que pone
trabas a todo proyecto democratizador y de justa distribución de la riqueza
para toda la Isla. Singapur le habla a Ponce y a todo Puerto Rico con el
mensaje confirma la enseñanza bíblica de que un hogar dividido no se puede
sostener, crecer y prosperar.
Sobre Singapur,
dice información en internet:
·
“el país más
pequeño del Sudeste de Asia. Se trata del cuarto centro financiero más
importante del mundo y juega un papel preponderante en el comercio
internacional y la economía mundial. Además, es el segundo país con más
densidad de población en el mundo, después de Mónaco. En sánscrito, singha
significa ‘león’ y pura, ‘ciudad’, por lo que Singapur se traduce como ciudad
de los leones”.
Las similitudes
de Singapur con Puerto Rico no deben ser manipuladas para tratar de forzar a la
Isla hacia tal o cual alternativa de status político. Las similitudes de
Singapur con Puerto Rico deben mover a superar el mito de la pequeñez y
entender que aún con limitada extensión territorial, un pueblo bien encaminado
puede lograr lo ilimitado.
A los pueblos le
ocurre tal como le ocurre a los individuos: Aún conviviendo bajo un mismo techo
y en una misma comunidad, cada cual tiene sus propias realidades y llamados y
eso no rompe los lazos básicos de armonía y factores en común. Cada país puede
optar por lo que le resulte mejor y eso no va en contra de unas raíces.
Incluso
manteniendo la relación de unión permanente con Estados Unidos, Puerto Rico
puede desarrollar un nuevo modelo de autosuficiencia y desarrollo
socio-económico. Un Puerto Rico sólido es el mejor aliado de Estados Unidos y
una relación de avanzada y mutuo apoyo y respeto, es el mejor modelo para el
mundo. Singapur confirma que la Isla puede moverse hacia ser punto de trasbordo
internacional.
Exhorto a
rescatar el concepto original de Megapuerto como proyecto de todo el país. No
puede ser casualidad que Singapur se traduce como ciudad de los leones, y en
Puerto Rico es desde la Ciudad de los Leones que se necesita potenciar la nueva
solidaridad, restauración y edificación en la Isla del Cordero. Dios ilumine a
todos.
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