Soy reservado con los temas de mi
personal vivencia espiritual. Incluso ha habido golpes que han afirmado eso, ya
que no todo el que busca indagar tiene buen propósito. Sin embargo, luego de
reflexionar, he visto propio compartir un poco de mi vivencia al temblar la
tierra el lunes 13 de enero del 2014. Han pasado dos años.
Se dio la pregunta de dónde estabas
cuando hubo el temblor en Puerto Rico. Por haber coincidido con el día de mi
cumpleaños, lo recuerdo.
Es fácil hablar de “preparase”, pero
en el momento de la verdad, cada cual deberá buscar actuar en la forma más
correcta posible de acuerdo a las realidades inmediatas (que en muchos casos,
no será como se contempla en libretos de “preparación”).
Al darse el temblor, estaba
redactando ante la computadora. Había esperado a la medianoche, como quien
espera año nuevo, para enviarle un mensaje a alguien por mi día. Eso estaba en
mi mente en el instante del temblor.
Al sentir y ver el movimiento a mi
alrededor, recordé una reflexión dada por el licenciado y maestro Rafael
Hernández Colón el viernes 8 de
junio de 2012 en la graduación de la Universidad Central de Bayamón.
Dijo que los valores nos definen como personas y como pueblo y que el
futuro se hace en el presente, “hoy, aquí, ahora”, que para cada uno es el
momento porque “solo el presente nos pertenece”.
Para esa obra, identificó a Jesús como el “constante”. Que con Cristo en la
barca se pueden enfrentar las tempestades en la vida.
Recordar esas palabras, me permitió visualizar al Jesús tranquilo, en la
forma que se hace presente y no se ve en predicaciones, ilustraciones y
películas. Así pude exhortar a la tranquilidad. Ese mensaje y acción, tiene
vigencia.
Ese Cristo en la barca transmite serenidad. NO transmite odios, afanes
desordenados o exclusión. Es la serenidad que debe estar presente ante todo en
la vida. No significa eso que el Señor ha estado ausente en países en donde
terremotos han sido devastadores. Sería muy malo dar gracias con soberbia
cuando no hay pérdidas que lamentar. Se trata de ser fortalecidos en humildad y
todo lo vivificador y constructivo.
Los terremotos son parte natural del planeta. Los
terremotos NO son instrumentos para manipular con lo de hacer sentir culpable,
juzgar y demonizar. ¿A quién se culpará por los terremotos de hace millones de
años? Hay factores naturales en el planeta y hasta en lo de los daños a la capa
de ozono, se está restaurando; ¿por qué en vez seguir lo de hacer sentir
culpable, mejor se aprovecha para fomentar restauración en todo?
Ante las realidades de la naturaleza que confirman la
igualdad de lo efímero para todo y para todos, es triste que ciertos personajes
se enfoquen en manipular e infundir miedos e inseguridades por sus propios
intereses. El hecho de haber lo salvífico además de lo natural, confirma que el
amor es más que ciertas interpretaciones y ante las voces de la manipulación,
la exclusión, el maltrato y el oscurantismo.
A quienes tergiversan, deforman y desvirtúan los temas,
se les podría plantear: Si termina el mundo y nada se lleva uno, ¿Darías todo a
los más necesitados? Si termina el mundo y uno solo lleva ante Dios las obras,
¿Aprovecharías el tiempo para fomentar restauraciones, amor, perdón y la
Equidad que es buena y agrada a Dios? Si termina el mundo y el tiempo es cada
vez más breve, ¿Harías mensajes en verdad con nueva unción y no libretos
memorizados? En fin: ¿Optarían por terminar la jornada brillantemente en vez de
seguir en los mismos estilos egoístas y cuestionables?
Dice la ciencia: “La materia no se crea ni se destruye,
solo se transforma”. Tomemos las mejores lecciones de eso, para ver que no hay
finales absolutos, hay comienzos.
La reflexión dada por Hernández me confirmó que Dios
emplea los medios que Él desea para responder y edificar, cada persona que opta
por hacer y sembrar el bien es instrumento de Dios y canal de bendición.
A los creyentes nos toca amar, orar y bendecir, interceder
en oración por autoridades y quienes están ante las congregaciones para que
cumplan bien y no caigan en tentaciones, no dejar de perseverar en lo correcto
que infunde paz y armonía que trasciende a un lugar de congregación, y también
no decir “amén” ciegamente.
Porque uno solo tiene control de uno mismo, a cada alma
le toca tomar la decisión de ser mejor ser humano; no por temor a la
naturaleza, a mensajes apocalípticos o al ciclo de la vida, sino por confianza
en que la llama que siempre estará viva, es de amor. Así, con el Señor en la
barca, adelante en la vida como causa de amor.
·
“Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús
le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con
toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es
semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos
depende toda la ley y los profetas”. --Mateo 22:36-40
·
“El que siente la grandeza de Dios en el universo siente
también en su propio espíritu la necesidad de vivir los breves años de la vida
en una forma que sea digna del amor de Dios. Para vivir en forma digna de la
grandeza infinita de Dios hay que llevar generosidad en el espíritu, justicia
en el propósito, cariño a los demás seres humanos en el corazón.” –Luis Muñoz
Marín
·
“La misión del alma humana es darle al hombre
oportunidades iguales frente a las desigualdades de la geografía, de la
naturaleza, de la historia.” –Luis Muñoz Marín
No hay comentarios:
Publicar un comentario