>>> Estoy de acuerdo con el
indulto dado a Jeremy y voy más allá… <<<
Estoy de acuerdo con el indulto dado a Jeremy y voy
más allá: En los términos más directos: El enfoque extremadamente punitivo ante
la marihuana no ha funcionado y la llamada “guerra contra las drogas” no ha
dado los resultados esperados. Se necesita fomentar el respeto a la ley y lo
sano y al mismo tiempo, no promover estilos con intereses y remedios peores que
la enfermedad.
La estrategia de pretender resolver todo con la cárcel es más costoso. Es
aberrante el encarcelar a una persona por tener un cigarrillo de marihuana
mientras hay quienes cometen peores delitos y logran impunidad. El rechazo a la
marihuana por los efectos nocivos y porque de ahí se pasa a buscar experimentar
con drogas más fuertes, confirma que lo más necesario son equipos
multidisciplinarios y no lo solo punitivo.
Recordemos que, ante la postura de apertura del Gobierno Federal, se hace
necesario explorar nuevas y mejores formas de ver y hacer las cosas.
Einstein dijo: ‘Ningún problema puede ser resuelto ni comportamiento cambiado
por el mismo nivel de conciencia que lo creó’, lo que nos indica lo sabio de crecer y no
resignarnos a más de lo mismo. Hay que dar luz sobre los caminos
mejores y superiores que el abuso de las drogas legales e ilegales. Es algo
humano y sensato.
Ante
ese tema, procede recordar palabras pronunciadas por Rafael “Churumba” Cordero
Santiago, en su toma de posesión como Alcalde de Ponce de 1997:
·
“Cuando Puerto Rico comenzó su vertiginoso
desarrollo económico dejó a la vera del camino las enseñanzas básicas que la
familia solía darle al niño desde su nacimiento; que usted tiene que cumplir
primero con sus deberes para entonces reclamar derechos y que las escuelas no
pueden sustituir al hogar. La familia tiene que, a esa pequeña criatura acabada
de nacer, darle buenos ejemplos y, entonces la escuela darle el pan de la
enseñanza. De esta forma, la escuela se convierte en la prolongación del hogar.
Pero, nosotros no podemos pretender que la escuela ofrezca el amor, el respeto
y las buenas costumbres, principios valorativos que son obligación del padre y
la madre. Por eso me irrita oír: ‘la juventud está perdida’. Es que nos
olvidamos de que la juventud es el reflejo de la sociedad en que vivimos. En el
1967, Puerto Rico tenía 1,500 usuarios de drogas, y alrededor de 3,000
efectivos integraban la Policía de Puerto Rico. Hoy, hay sobre 300,000 usuarios
de drogas y cerca de 20,000 personas en la fuerza policiaca. Se han establecido
radares, aerostatos, se gastan miles de millones de dólares en tratar de que la
droga no entre al territorio norteamericano y a Puerto Rico, y, ¿qué
hemos logrado? Han aumentado los usuarios de drogas, la familia está
desintegrada, la educación, tanto pública como privada, deja mucho que desear.
Vivimos en una histeria colectiva, el SIDA arropa a nuestra sociedad. Por lo
tanto, podemos concluir que el camino que hemos recorrido hasta hoy no ha dado
resultados. Es hora de enfrentar esta realidad y todos aquellos que tenemos
responsabilidad pública, junto a los padres, sentarnos a reformular una Nueva
Sociedad”.
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