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“El que siente la
grandeza de Dios en el universo siente también en su propio espíritu la
necesidad de vivir los breves años de la vida en una forma que sea digna del
amor de Dios. Para vivir en forma digna de la grandeza infinita de Dios hay que
llevar generosidad en el espíritu, justicia en el propósito, cariño a los demás
seres humanos en el corazón.” –Luis Muñoz Marín
En el Día de Acción de Gracias 2013, fue un acierto
asistir al ya tradicional Desayuno de Acción de Gracias de la Iglesia Nuevo
Testamento de Ponce (obra pastoreada por los pastores Susana y Carlos Camacho).
Fue un oasis y bálsamo ver la transmisión de tantos testimonios de gratitud.
El Día de Acción de Gracias se adaptó a la perfección a
la cultura puertorriqueña; ya es nuestro porque Dios creó un mundo sin fronteras
y en la Isla del Cordero valen mucho la fe, el amor y la buena voluntad. El
país se va salvando día a día desde la decisión de cada alma de aportar a la
paz y la armonía. NO es tiempo de humillarnos, sino de levantarnos y crecer
positiva y constructivamente. La Biblia exhorta a orar por las autoridades y recordemos
que la Equidad es buena y agrada a Dios.
Así, veo propio un evento de “Día de
Agradecimiento y Reconciliación Nacional” en tiempos en que aún ante serios
retos, el país va creciendo en su capacidad de creatividad y perseverancia, y
en correctas iniciativas en pro del progreso con Equidad.
En Acción de Gracias, ante la Palabra, la
creación, la fe, logros y asuntos pendientes, las razones de dar gracias que
vemos y no vemos que brinda el Altísimo, y todo lo mayor que supera el alcance
de las palabras, procede que establezcamos el nuevo propósito y paradigma de
dar motivos para dar gracias.
Aportamos a dar motivos a los demás para dar gracias en los niveles de
respeto, tolerancia, comprensión, buen ejemplo, la calidad de la
perseverancia constructiva, madurez que educa, productividad en el
trabajo, honestidad en todo foro, buena formación en familia, identificación
con las grandes causas que dignifican, en fin, en todo lo que hace de la existencia
un acto de adoración que habla del Padre mediante lo que somos, vivimos,
sembramos, hacemos y damos.
Una acertada respuesta es luchar para no ser consumidos,
levantarnos y hacer de la constante Acción de Gracias, un motor para dar vida a
la vida, consagrar lo logrado, alentar con sabia perseverancia ante lo aún no
logrado y tener Fuerza para no perder el Rumbo de Amor y Luz. Buscar motivos de
gratitud abre ojos y supera todo lo pequeño, irrelevante, intrascendente e
inconsecuente.
Doy
gracias por lo que supera mis palabras. Doy gracias por la vida de mi madre. Doy
gracias por el Damasco; que llama a no olvidar y seguir pasos de fe y
perseverancia, de concienciación y perfeccionamiento. Doy gracias por el sueño
de vivir el cumplimiento de una promesa que llama a no renunciar, por los
testimonios y los milagros que dan luz y son prólogo… Somos llamados a buscar
ser bendecidos para bendecir. Todo lo mejor del ser
humano nace y se manifiesta desde la conciencia de que todos somos hijos de
Dios; así se hace y consagra patria. Dios
ilumine a todos en la vida como sabia y heroica causa de amor. Con
Acción de Gracias, Adelante…
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“Maestro, ¿cuál
es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y
grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti
mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”. --Mateo
22:36-40
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