Felicito al Senado del Estado Libre
Asociado de Puerto Rico por haber aprobado el 13 de noviembre de 2013 sanciones
administrativas, en lugar de cárcel en el tema de la marihuana. Pasará la
medida a la consideración de la Cámara de Representantes y si no hay problemas,
luego a la firma del Gobernador (si hay más enmiendas, podría pasar a un Comité
de Conferencia); ¡que se convierta en Ley! La estrategia de pretender resolver
todo con la cárcel es más costoso y voy más allá: Es aberrante el encarcelar a
una persona por tener un cigarrillo de marihuana mientras hay quienes cometen
peores delitos y logran impunidad mediante recursos y tecnicismos.
Respeto a quienes difieren de mi punto de vista, pero no
son dignos de respeto quienes buscan imponer unos criterios en base a gritar, atacar, estigmatizar
y condenar a todo el que piense diferente. Voy más allá:
Es repudiable
que ciertas personas identificadas con la causa “por la familia”, deformen el perfil
de la puertorriqueñidad de la insignia del PPD, como si apoyar lo aprobado por
el Senado fuese sinónimo de estar en lo ilícito (Ver evidencia en https://www.facebook.com/photo.php?fbid=552220654851986&set=a.413310092076377.96730.413251095415610&type=1&theater ).
Es evidente que hay quienes no luchan por la familia y lo cristiano, sino por
otras agendas. Oremos por quienes sí perseveran por la familia y lo cristiano con
sana conciencia y buen corazón y respetan la fe y la puertorriqueñidad. El
perfil de la puertorriqueñidad merece respeto y ciertamente NO merecen respeto
quienes reniegan la puertorriqueñidad y se atribuyen “moralidad” en forma que
nos recuerda lo dicho por Jesús sobre los “sepulcros blanqueados”.
Siguiendo
las mayores lecciones fundadoras del PPD y del Supremo Maestro, veo que procede
orar por quienes toman rutas equivocadas para que tengan su Damasco.
El argumento de rechazo a la marihuana por los efectos
nocivos y porque de ahí se pasa a buscar experimentar con drogas más fuertes,
confirma que lo más necesario son equipos multidisciplinarios y no lo solo
punitivo que busca barrer bajo la alfombra.
Recordemos que ante la postura de apertura del Gobierno Federal sobre
los estados en los que se legalizó el uso de la
marihuana, los usos médicos para la marihuana como los casos para aliviar los
dolores de quimioterapia, los costosísimos fracasos de
estrategias tradicionales y las abismales desigualdades socio-económicas, se
hace necesario explorar nuevas y mejores formas de ver y hacer las cosas.
Einstein dijo: ‘Ningún problema puede ser resuelto
ni comportamiento cambiado por el mismo nivel de conciencia que lo creó’, lo
que nos indica lo sabio de crecer y no resignarnos a más de lo mismo.
Hay que dar luz sobre los caminos mejores y superiores que las drogas legales a
ilegales. Todo lo mejor del ser humano nace y se manifiesta
desde la conciencia de que TODOS somos hijos de Dios; la debida atención al
enfermo y a quien desea rehabilitarse es una gran manifestación de eso.
Ante ese tema, procede recordar palabras
pronunciadas por Rafael “Churumba” Cordero Santiago, en su toma de posesión
como Alcalde de Ponce de 1997:
·
“Cuando Puerto
Rico comenzó su vertiginoso desarrollo económico dejó a la vera del camino las
enseñanzas básicas que la familia solía darle al niño desde su nacimiento; que
usted tiene que cumplir primero con sus deberes para entonces reclamar derechos
y que las escuelas no pueden sustituir al hogar. La familia tiene que, a esa
pequeña criatura acabada de nacer, darle buenos ejemplos y, entonces la escuela
darle el pan de la enseñanza. De esta forma, la escuela se convierte en la
prolongación del hogar. Pero, nosotros no podemos pretender que la escuela
ofrezca el amor, el respeto y las buenas costumbres, principios valorativos que
son obligación del padre y la madre. Por eso me irrita oír: ‘la juventud está
perdida’. Es que nos olvidamos de que la juventud es el reflejo de la sociedad
en que vivimos. En el 1967, Puerto Rico tenía 1,500 usuarios de drogas, y
alrededor de 3,000 efectivos integraban la Policía de Puerto Rico. Hoy, hay
sobre 300,000 usuarios de drogas y cerca de 20,000 personas en la fuerza
policiaca. Se han establecido radares, aerostatos, se gastan miles de millones
de dólares en tratar de que la droga no entre al territorio norteamericano y a
Puerto Rico, y, ¿qué hemos logrado? Han
aumentado los usuarios de drogas, la familia está desintegrada, la educación,
tanto pública como privada, deja mucho que desear. Vivimos en una histeria
colectiva, el SIDA arropa a nuestra sociedad. Por lo tanto, podemos concluir
que el camino que hemos recorrido hasta hoy no ha dado resultados. Es hora de
enfrentar esta realidad y todos aquellos que tenemos responsabilidad pública,
junto a los padres, sentarnos a reformular una Nueva Sociedad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario