domingo, 17 de noviembre de 2013

Porque todos somos hijos de Dios, optemos por el amor y no por el odio.

El amor ve que todos somos hijos de Dios y desde esa perspectiva, se persevera mejor y se agrada al Creador mediante la inclusión, el buen trato y la ruta unificadora y constructiva de la paz, la restauración y la verdad en el buen camino.
El odio ve que no todos somos hijos de Dios y desde esa perspectiva, se justifica la exclusión, el maltrato, y la ruta equivocada de la pequeña agenda, la manipulación y la tergiversación que no agrada al Creador.
                                         
Todo lo mejor del ser humano nace y se manifiesta desde la conciencia de que todos somos hijos de Dios.

Porque Dios emplea los medios que Él desea para responder, obrar y edificar, cada alma que opta por hacer y sembrar el bien, es instrumento de Dios y canal de bendición. Somos llamados a sembrar y hacer el bien en sana libertad en el Señor. Somos llamados a crecer y fructificar en la Equidad que es buena y agrada a Dios. Sea la vida una causa de amor.        


·         “Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama es nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.” –1 Juan:4:7-8


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