lunes, 11 de noviembre de 2013

El triunfo del niño Christopher Rivera en “Idol Kids de Puerto Rico”, fue escuela y taller de fe y humildad para la Isla y más allá.

En tiempos en que tanto se necesita armonía y progreso con equidad, niños le dieron cátedra a todo el país. Dice un reportaje:
·         “El niño Christopher Rivera demostró hoy que más allá de tener voz, se necesita carisma, humildad, personalidad y fe en Dios para lograr su sueño de convertirse en el segundo Idol Kids de Puerto Rico”. 
               
Christopher se ganó el corazón de la creciente audiencia. Bendigo a todos los niños que participaron y sus familias. La forma en que Christopher y su padre dieron gracias y consagraron de rodillas, supera palabras y fue un momento luminoso en tiempos en que se necesita volver a creer y superar el cainismo, el bullying, los odios y la violencia y tantos otros males. Hay que regresar al principio de que todo lo mejor del ser humano nace y se manifiesta desde la conciencia de que todos somos hijos de Dios. 

Ahora más que nunca oremos por Christopher y su familia, por todos los niños que participaron y sus familias, para que no se dañen, crezcan ante cada prueba en un mundo imperfecto, y surjan los testimonios que den luz. Dios ilumine a todos.



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