El jueves 10 de octubre de 2013, tuvo diversos afanes
para mí, pero me aseguré de dedicar tiempo al hamburger de los jueves del
restaurante “La casa de las tías” (excelente y
diferente restaurante ubicado en la Calle Isabel #46 de Ponce).
La
atención es adecuada y el ambiente es único. El nivel de las luces y la música
de fondo, invitan a disfrutar un verdadero oasis; es como estar dentro de una
pintura viviente de Martorell, o como ser parte de un mosaico mayor o una
composición que trasciende. Fue grato saludar a Wilda y Graciela.
En ese especial ambiente, fue significativo adquirir la
novela “El cartel del papel”, la primera novela escrita por Wilda Rodríguez.
Hoy es propio reflexionar y reconocer que en la mesa, tuve ante mí un buen hamburger
(como debe ser todo gran hamburger) junto a una excelente novela (como debe ser
toda gran novela).
Es una novela que fomenta
la capacidad de entender y razonar ante las complejas realidades del mundo y
los tiempos contemporáneos. La novela
supera las expectativas y es importante que abone a ver que en la vida no todo
es blanco y negro y que también hay otras tonalidades. Me recuerda que he
escrito lo siguiente:
·
“En la fe y la
vida, no todo es blanco o negro; es en las tonalidades grises que se descubre
lo edificante, humano y cristiano; se fomenta la capacidad de comprensión,
empatía y mejoramiento real e integral. Es en las tonalidades grises que se
descubre todo lo grande de la diversidad y la equidad; y se ve con humildad
todo lo más brillante, restaurador y prometedor en cada ser humano”.
La novela abona a ver que no todo es siempre lo que
aparenta; que hay villanos fabricados y tras bastidores, y que el real heroísmo
se desarrolla en el crecimiento como ser humano que trasciende incluso a su
propio ser.
Me recuerda también que he escrito que “Dios emplea los
medios que Él desea para responder, obrar y edificar”. Gracias por una novela
que desmitifica, jamaquea y llega cuando más se necesitan mejores formas de ver
y hacer las cosas, cuando más se necesitan las cosas como deben ser. Recomiendo
la novela que como toda buena obra, tocará conciencias y generará multiplicidad
de interpretaciones y mensajes. Todos somos llamados a buscar ser como debemos
ser; Dios ilumine a todos.
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