sábado, 12 de octubre de 2013

La novela “El cartel del papel” inspira a reconocer cómo son las cosas y cómo deben ser.


El jueves 10 de octubre de 2013, tuvo diversos afanes para mí, pero me aseguré de dedicar tiempo al hamburger de los jueves del restaurante “La casa de las tías” (excelente y diferente restaurante ubicado en la Calle Isabel #46 de Ponce).

 

La atención es adecuada y el ambiente es único. El nivel de las luces y la música de fondo, invitan a disfrutar un verdadero oasis; es como estar dentro de una pintura viviente de Martorell, o como ser parte de un mosaico mayor o una composición que trasciende. Fue grato saludar a Wilda y Graciela.

 

En ese especial ambiente, fue significativo adquirir la novela “El cartel del papel”, la primera novela escrita por Wilda Rodríguez. Hoy es propio reflexionar y reconocer que en la mesa, tuve ante mí un buen hamburger (como debe ser todo gran hamburger) junto a una excelente novela (como debe ser toda gran novela).

 

Es una novela que fomenta la capacidad de entender y razonar ante las complejas realidades del mundo y los tiempos contemporáneos. La novela supera las expectativas y es importante que abone a ver que en la vida no todo es blanco y negro y que también hay otras tonalidades. Me recuerda que he escrito lo siguiente:

·         “En la fe y la vida, no todo es blanco o negro; es en las tonalidades grises que se descubre lo edificante, humano y cristiano; se fomenta la capacidad de comprensión, empatía y mejoramiento real e integral. Es en las tonalidades grises que se descubre todo lo grande de la diversidad y la equidad; y se ve con humildad todo lo más brillante, restaurador y prometedor en cada ser humano”.

 

La novela abona a ver que no todo es siempre lo que aparenta; que hay villanos fabricados y tras bastidores, y que el real heroísmo se desarrolla en el crecimiento como ser humano que trasciende incluso a su propio ser.

 

Me recuerda también que he escrito que “Dios emplea los medios que Él desea para responder, obrar y edificar”. Gracias por una novela que desmitifica, jamaquea y llega cuando más se necesitan mejores formas de ver y hacer las cosas, cuando más se necesitan las cosas como deben ser. Recomiendo la novela que como toda buena obra, tocará conciencias y generará multiplicidad de interpretaciones y mensajes. Todos somos llamados a buscar ser como debemos ser; Dios ilumine a todos.

 


 

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