La realidad es que para mí, ir al cine a ver una película
de Superman, es recordar cuando siendo niño, mi hermana me llevó a ver
“Superman, The Movie” en el desaparecido cine Santa María de Ponce. Hubo
inigualable magia en esa producción.
Es buena la aportación positiva de los superhéroes, Sin menospreciar
eso que merece apoyo y ser maximizado, hoy veo que lo más heroico, no ha estado
tanto en personajes con super-poderes, sino en mis padres, maestros, y modelos
de vida. El heroísmo real se atreva a vivir, perseverar y
fructificar con el más abarcador amor.
Aprendamos a reconocer, valorar y apoyar el verdadero
heroísmo, que no siempre es reconocido, comprendido y apoyado, pero que
persevera, se resiste a dejar de creer y crece en fe, pruebas, amor, valor y
ensordecedores silencios.
Aprendamos a
reconocer, valorar y apoyar el verdadero heroísmo, ya que a eso nos llaman los
superhéroes que en diferentes tiempos y a diferentes generaciones, han sabido
inspirar para superar limitaciones con el poder que viene de adentro, ser
sensibles ante el dolor, valientes ante las injusticias, más solidarios y
constructivos, más humanos y hermanos. Ahí están las reales super-hazañas. Dios
ilumine a todos.
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