En el
2012, se hicieron nuevas figuras de colección de la serie “The Six Million
Dollar Man”. El tema trae grandes recuerdos a mi mente. Las nuevas figuras no superan
a las originales. No obstante, la gran aportación es volver a dar una mirada a
una serie que hizo historia y sigue impactando. No se trata solo de los que
vivimos esos tiempos, sino de las nuevas generaciones que pueden aprender mucho
de eso. Doy gracias por haber vivido tan valiosos recuerdos y pido a Dios que
las nuevas generaciones puedan forjar sus buenos recuerdos desde AHORA.
En la
niñez, mi juguete favorito fue el inspirado en mi serie favorita: “The Six
Million Dollar Man”. Siempre recuerdo cómo mi padre, q.e.p.d., me complació en
eso (su bondad y alma de niño era fuera de serie). Nos dice “Wikipedia” que en
la serie, la trama era acerca de Steve Austin (Lee Majors), un astronauta y
piloto de pruebas que sufre un terrible accidente durante un vuelo experimental
y como resultado, los médicos deben amputarle ambas piernas y el brazo derecho,
perdiendo también la visión de un ojo. Dice:
·
“La agencia gubernamental O.S.I., que trabajaba en el
desarrollo de un proyecto secreto llamado Biónica, toma a Steve como sujeto de
prueba y reemplaza sus miembros perdidos por partes cibernéticas que tienen un
costo total de seis millones de dólares (de ahí el nombre de la serie). Estos
nuevos miembros le dan una fuerza enorme, además de gran velocidad y
capacidades de visión telescópica e infrarroja. Después de esto, y como pago a
la deuda por su intervención quirúrgica, Steve se convierte en agente de O.S.I.
y cumple peligrosas misiones”.
Sobre la
duración de la serie informa:
·
“Luego del estreno y el éxito rotundo de tres telefilmes
del personaje, la ABC produjo una serie regular a partir de enero de 1974… El
último episodio se emitió en marzo de 1978”.
Para mí,
los recuerdos son mayores que lo que presenta bien “Wikipedia”, porque lo viví.
Fui afortunado al haber vivido en mi niñez el ver esa serie con la magia que
sólo conocen los niños. Agradezco a mis padres por el techo, el sustento y la
formación integral, haber podido ver la serie y tener juguetes. Aun habiendo
solo un televisor en casa, no me perdía esa serie.
En la
serie, en verdad se lograba mucho con la tecnología de ese tiempo y había
excelencia en la actuación. Los patios escolares y en las comunidades, y los
juegos en casa, parecían convertirse en sets de la serie por la inventiva de
los niños. Era única la escena de niños simular correr en cámara lenta.
Los
juegos de niños y de niñas afirman roles; así, en “Wikipedia”, se nos informa
también sobre la serie que originó la muñeca para las niñas: “Al final de la
temporada, se presentó en el episodio doble "The Bionic Woman" la
historia de Jaime Sommers (Lindsay Wagner)”. En ese episodio, muere la mujer
biónica, pero por el gran apoyo de los fans es revivida y la serie "The
Bionic Woman" también fue exitosa. Aunque había problemas sociales, se
disfrutaba sanamente en lo que inspiraban las series que no exacerbaban tales
problemas para buscar un “rating”, sino que se lograba positivamente.
Mientras
era grande el éxito de “The Six Million Dollar Man” y "The Bionic
Woman", también era grande el éxito de producciones locales de talentos
como Tommy Muñiz y José Miguel Agrelot, lo que confirma que es incorrecta la
teoría de que en televisión hacen daño los programas extranjeros a la
producción local; lo mejor es tener la mayor y mejor variedad posible. Las
grandes series beneficiaron mucho a la calidad televisiva.
En verdad
se necesitaba mucha calidad en la televisión para brindar un oasis en tiempos
retadores y convulsos. Para ese tiempo del 1974-78, hubo impactantes sucesos
como la guerra en el Medio Oriente, atentados terroristas, la crisis económica
por el aumento exorbitante del petróleo que jamaqueó al mundo entero, la guerra
fría, la renuncia de Nixon por el escándalo Watergate, el azote de la tormenta
Eloísa en Puerto Rico en 1975 y el auge en la incidencia criminal.
Aun así,
hubo avances en Puerto Rico como el nuevo Código Penal de 1974, la llegada del
Programa de Cupones para Alimentos (ayuda al necesitado y al comercio en
tiempos de crisis) y la Sección 936 (herramienta para crear empleos), el
subsidio en el pago de energía eléctrica (alivio cuando más se necesitaba), la
creación del Programa de Paradores Puertorriqueños y la afirmación de que los
medios democráticos son la mejor forma para canalizar inquietudes, energías y
aspiraciones.
En fin,
aunque en aquellos días había quienes veían con temor tiempos apocalípticos y
hubo películas y series que abordaban el tema del fin de la humanidad (como la
serie televisada de “Planet of the Apes” de 1974), la realidad de que en los
momentos difíciles es cuando con más fe, vigor y amor podemos levantarnos, es
impulso unificador que supera los temores, las diferencias y las fronteras
partidistas e ideológicas. Ahí está la gran hazaña que hace de aquellos efectos
de la biónica en las series “The Six Million Dollar Man” y "The Bionic
Woman", una imagen análoga a cómo desde el poder que viene de adentro
consagradamente, se puede alcanzar mayores alturas, descubrir nuevas fuerzas,
hacer más y ver más allá.
En la
niñez, no se está directamente atento a los temas de los adultos, pero aún en
la fantasía y la imaginación que entretenía a los niños, en Steve Austin y
Jaime Sommers tenemos elocuentes ejemplos de que los avances en la tecnología,
no eran grandes en sí, sino en el corazón a que sirven. ¡Qué mucho se necesita
hoy a los héroes como Steve y Jaime que fomenten los buenos valores y el
heroísmo que es realizable! ¿Son muy diferentes los tiempos presentes de
aquellos tiempos?
¿Creemos
en el poder de la fe? ¿Vemos y entendemos las verdaderas y máximas
potencialidades de la nueva tecnología (que debe estar al alcance de todos y no
de unos pocos), como medios para apoyar la restauración y el reverdecer?
¿Creemos en la capacidad el ser humano para superarse a sí mismo y progresar y
fructificar? ¿Cada tiempo tiene sus propias realidades y sus propios afanes y
retos? ¿La historia es cíclica? ¡Animo, podemos reverdecer, crecer y levantarnos!
Al
compartir estos recuerdos, les envió un saludo especial a todos aquellos niños
que hoy son adultos. Sería bueno transmitir en la televisión puertorriqueña
aquellas grandes series. Que los niños de ayer y los niños de hoy, se
encuentren en la nueva conciencia y el abrazo forjador, para las luminosas
hazañas de los nuevos tiempos. Forjemos desde AHORA los grandes recuerdos. Dios
ilumine a todos.
--Gerardo L. Berríos Martínez
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