El 25 de
septiembre de 2013, dice la primera plana de “Metro”: “Ventas en las iglesias
llegan a $5.7 millones”. La lógica dicta que si se trata solo de lo reportado,
el número real puede ser mayor.
Recordemos
que líderes de ambos partidos políticos, han favorecido que se excluya del pago
del impuesto de venta y uso (IVU), las ventas y servicios ocasionales que
realizan las iglesias u organizaciones religiosas para recaudar dinero para
obras y mejoras permanentes a sus instalaciones o actividades directamente
relacionadas con su ministerio. En el reportaje se dice que no se vislumbra
cobrar impuestos a las Iglesias. Objetivamente, es comprensible que se busque
un capital político de eso, así como que las Iglesias busquen maximizar
recursos, ¿pero qué sería lo más propio, justo y del agrado de Dios? En vez de
alentar contiendas, procede analizar:
Porque me
fundamento en el Señor y no en hombres; porque en la perseverancia busco que me
defina bien lo que viva; porque ser “cristiano” no es religión, un género
musical o una marca comercial, no es ser perfecto o inmune a lo que afecta al
mundo, es ser creyente, lo que infunde una naturaleza revolucionaria al
palpitar, al ver, creer, pensar y hacer; veo bien toda iniciativa de apoyo a
las instituciones de fe y base comunitaria. Si todos los líderes y los partidos
y movimientos políticos se ponen de acuerdo en eso con una sana conciencia,
tenemos ahí una gran muestra de Pacto Social para hacer patria.
Sin
embargo, en un mundo imperfecto, no todos tienen las mejores intenciones y no
faltan quienes se enfocan en el efímero poder y buscan justificar grandes ganancias
y apetitos desmedidos. En los peores casos, se manipula lo de “no meterse con
los hijos de Dios” para buscar impunidad. La realidad es que todos somos creación
de Dios e hijos de Dios y por ende, todos tenemos el deber de observar sus
reglas de vida y honrarlo al obrar y sembrar el bien.
Recordemos
que por supremo amor, Jesús les confió mucho a los discípulos e instituyó la
Iglesia, que no es otra estructura humana; está en toda congregación que
sinceramente busca de Él. En la política coinciden múltiples intereses,
propósitos, luchas e ideales. Sin embargo, en momentos de crisis mayor, no se
recurre a quien está en la función política o gubernamental, sino a quien está
en la función espiritual, sacerdotal o pastoral. Por eso es importante orar por
quienes asumen esas supremas responsabilidades para que cumplan a cabalidad y
no se desvíen del buen camino.
Hay
líderes y talentos que en el cristianismo, desde sus vocaciones y roles, honran
bien al Señor mediante el servicio amoroso, humilde, valiente, fecundo y
sincero. Que hay quienes han fallado y traicionado también es un hecho, pero
recordemos que Jesucristo confía mucho en
la imperfecta humanidad por un amor perfecto, y que los buenos son más.
Objetivamente,
las Iglesias cumplen una vital función social. Gracias a las Iglesias la Isla
del Cordero no está peor o sin esperanza o remedio, pero ciertamente debe
seguir creciendo, profundizando y maximizando la buena obra. Porque la Ley de
Siembra y Cosecha aplica a todos por igual, todo líder religioso que tergiverse
y corrompa y busque favores y mogollas con políticos y personas en eminencia
por lo que es contario a lo que agrada al Maestro, tendrá su cosecha.
Los
cristianos pueden y deben evidenciar que se puede hacer una mejor calidad de
vida con valores. Los cristianos pueden evidenciar ejemplares niveles de
cumplimiento y productividad. Los cristianos pueden dar luz con grandes
testimonios en todas las áreas; lo que es infinitamente más que los escándalos
y los conflictos.
En fin, en
tiempos retadores y convulsos, a TODOS les toca buscar ser parte de las soluciones
y les toca a las iglesias dar ejemplo de eso y no caer en egoísmo, contiendas y
agendas cuestionables. IVU e
Iglesias: Que desde la fe se busque dar el mayor ejemplo de aportar y que no se
promuevan exenciones para justificar manipulaciones. Es decir:
El IVU a
Iglesias NO sería persecución. Que se entienda que aportar es parte de bendecir
y que NO debe usarse el tema para la politización desenfrenada y el mercadeo de
la fe. Que NO se caiga en alabar al funcionario que actúe en el tema económico a
favor de las Iglesias aunque peque en todo lo demás, y condenar al funcionario
que actúe en pro de la Equidad y con visión de avanzada.
Que
ante todo, asumamos responsabilidades enfocados en ser bendecidos para
bendecir, y no sacrifiquemos la integridad, la perspectiva sabia y justa, y los
valores. Dios ilumine a todos.
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