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“Con fuerza en la
voluntad y luz en la cabeza y paz en el corazón puede hacerse un destino que
sea de vida y no de destrucción”. –Luis Muñoz Marín
Reconocer al Estado Libre Asociado como una gran
conquista de pueblo y una gran base de presente y futuro, trasciende los issues
particulares de unos momentos dados. Los pueblos que reconocen y fomentan sus
logros, son pueblos con mejor capacidad de unificación y crecimiento integral.
Es al extremo irresponsable culpar por todo mal a la
fórmula de status político y como muestra, en Estados Unidos no se hubiese
concebido el destruir todo su sistema democrático-constitucional por los
embates de la crisis del petróleo, conflictos como Vietnam o Watergate, o
sucesos como el 9-11 que sigue teniendo impacto.
El ELA es fruto del más democrático y admirable proceso y
es mucho más que las consideraciones partidistas, las agendas personales e
ideológicas, y las decisiones y actuaciones de funcionarios y administraciones
de turno.
Lo significativo es que el ELA tiene gran
historia por las esencias de pueblo y patria. La realidad es que el ELA es
ampliamente reconocido y validado.
Lo
primero internacional que valida al ELA es La Resolución 748, mediante la cual,
la Asamblea General de las Naciones Unidas celebró el proceso que ponía fin a
la clasificación de Puerto Rico como colonia y dijo entonces que “reconocía que
el pueblo del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, al expresar su sentir de
forma libre y democrática, ha alcanzado un nuevo status constitucional” y que
“el Pueblo del Estado Libre Asociado de Puerto Rico ha sido investido con
atributos de soberanía que claramente identifica el status de gobierno propio
alcanzado por el pueblo de Puerto Rico como el de una entidad política
autónoma”.
Además,
la Resolución 2625 reconoce en “El principio de la igualdad de derechos y de la
libre determinación de los pueblo”, lo siguiente: “El establecimiento de un
Estado soberano e independiente, la libre asociación o integración con un
Estado independiente o la adquisición de cualquier otra condición política
libremente decidida por un pueblo constituyen formas del ejercicio del derecho
de libre determinación de ese pueblo”.
Es
decir: Es falso argumentar que el ELA no es opción y que se tiene que tomar un
camino en específico por el llamado “derecho internacional”, ya que en las más
simples y directas palabras: Todos los principios en derecho y procesales, se
fundamentan en que lo que debe imperar es la libre y sabia voluntad del pueblo.
El
ELA también ha triunfado en el terreno judicial. Por ejemplo: En 1967, el
Tribunal Supremo de Estados Unidos adjudicó el caso de Afroyim v. Rusk sobre la
ciudadanía americana, lo que puso fin a la teoría engañosa de que se podía
perder la ciudadanía bajo el ELA. En
1953, en el caso Mora v. Mejías, la Corte de Circuito establece: “Puerto Rico
has thus not become a State in the federal Union like the 48 States, but it
would seem to have become a State within a common and accepted meaning of the
word … It is a political entity created by the act and with the consent of the
people of Puerto Rico and joined in union with the United States of America
under the terms of the compact”.
Es decir:
Se reconoce la validez del ELA. Los casos electorales, como los
pavazos y los pivazos, son gran ejemplo en que se valida la autoridad del ELA
para establecer el gran principio de la voluntad del elector. No olvidemos que
la Constitución del ELA reconoce la soberanía del pueblo y su suprema expresión
en las urnas.
El
ELA es un pacto democrático que ha funcionado bien y sirve. Sin embargo, con el
paso del tiempo, se ha considerado pertinente revisar términos de ese pacto
para dar mayores poderes a la Isla en temas controlados por el nivel federal.
Eso NO significa eliminar el pacto o que no sirva, sino perfeccionarlo. De ahí
surge el nombre de “Nuevo Pacto”. En la medida que la generosidad, el
cristianismo y el patriotismo prevalezcan en forma sabia y salomónica,
redescubriremos la gran herramienta de estabilidad y progreso que es el ELA en
la base de la unión permanente de PR con EEUU.
Aunque el ELA no es colonia y es una alternativa válida y
aceptable, genuinas inquietudes, ciertos niveles de insatisfacción y serios problemas
socioeconómicos que requieren todo lo mejor de talentos solidarios e intelecto
edificante, confirman que se necesita un proceso de diálogo y mecanismos como
una Constituyente para poder llegar a un punto en que se respete la voluntad
democrática en el debido proceso.
Recordemos
que el gran ideal NO está en una fórmula de status político, sino en la inmensa
obra humana a desarrollar. Los logros del ELA no son un recuerdo nostálgico
pasado, son la zapata que nos llama hoy a edificar más. Es la base de la verdad
y la sana autoestima, lo que nos convoca a realizar las hazañas del siglo 21
con la misma fuerza de pueblo unido y visionario con que una vez dijimos “Manos
a la Obra”.
El
caso de Puerto Rico no es de naturaleza colonial, sino de buscar perfeccionar
su realidad. No se trata de que el ELA no sirva. La evidencia confirma que el
ELA sirve y es buena zapata para construir. Se trata de atender temas
pendientes y actualizar lo iniciado al crearse el ELA, en temas como la Ley de
Cabotaje, elevar a rango constitucional la autonomía municipal, y otros.
Lo que hace a algo es su esencia y no un
nombre. El ELA no es colonia, que el ELA es Puerto Rico. Dios ilumine a todos
en la patria que necesita a todos.
--Gerardo L. Berríos Martínez
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“En Puerto
Rico nos sentimos profundamente orgullosos de la aportación al pensamiento
político de América que significa el Estado Libre Asociado. Nos sentimos
orgullosos como puertorriqueños y como ciudadanos de Estados Unidos. El Estado
Libre Asociado es creación del espíritu de ambos pueblos. La capacidad de ambos
para desarrollar nuevas formas políticas; la disposición de Estados Unidos, tan
claramente demostrada en el caso de Puerto Rico, de respetar y respaldar los
deseos democráticamente expresados por un pueblo –aún llegando a adoptar nuevas
formas e instituciones en su manera tradicional de federalismo- hacen que se
ahonden nuestra confianza en nosotros mismos como puertorriqueños, nuestro
afecto por el pueblo de Estados Unidos, nuestro respeto por la libertad que
simboliza, sostiene y genera. No es libertad rutinaria. No es libertad
incrustada en rígidos moldes jurídicos. Es libertad creadora de nuevas dimensiones
de libertad”. –Luis Muñoz Marín.
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