Fui
retado a comunicar una cita bíblica que me inspira o llega a mi vida.
La
Biblia tiene múltiples citas e infinitas aplicaciones; y la perfección está en
cómo unas citas se complementan con otras. Por ejemplo, en Cantares se exalta
la belleza, y en Proverbios se enseña a buscar balance y fomentar la mayor y
más completa Belleza que viene de adentro. En otro relato bíblico, Ester brilló por el valor, los
dones y la gran belleza física que nace del interior. Cantares y Proverbios se
complementan en que puede haber belleza externa con mayor belleza interna.
Así, al responder al reto, hoy puedo
escribir que admiro cómo se complementan San Juan 10:10 (“El ladrón no viene
sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para
que la tengan en abundancia”) e Isaías 32:16-17 (“Reposará en la estepa la
equidad, y la justicia morará en el vergel; el producto de la justicia será la
paz, el fruto de la equidad, una seguridad perpetua”).
En la realidad humana con virtudes y
defectos, busco profundizar en todos los sentidos de la vida en abundancia; tanto
en abundar en el amor y la buena obra, como en los frutos que son para bendecir,
inspirar y potenciar. Se trata de algo que llama a ser humildes y tener los
ojos bien abiertos, para no desvirtuar el concepto “abundancia” y no olvidar en
la consideración a lo correcto que la equidad es buena y agrada a Dios.
Es decir, de nada valdría la
abundancia con fanatismo religioso y sin justicia, sin amor y con egoísmo y
cainismo. Se necesitan nuevos testimonios de sabia, sana y consagrada
abundancia. Exhorto acaba cual que lea
estas palabras a que si puede decir “amén” a un propósito así, a que encamine
su propio llamado y ruta de vida en esa dirección.
Al escribir así, reconozco que es debatible el punto de
que Jesús vivió y enseñó pobreza (Jesús tenía linaje real de la descendencia de
David, es Hijo del Dios Todopoderoso, la multiplicación de los panes armonizaba
con su mensaje de abundancia, usaba una buena túnica y hasta tenía tesorero); o
que el voto de pobreza es más consagración, ya que en San Juan 10:10 Jesús es
claro y directo.
La prosperidad no es mala; es buena y es de Dios cuando
sirve como herramienta para fructificar en verdadero amor, bendecir y dar luz.
Muchas personas prósperas son de gran corazón y hacen mucho por la fe, la
comunidad y la Iglesia.
Jesús se hizo pobre en la mortal naturaleza humana, no en
limitar el potencial humano. Con abundancia desde un buen corazón, se puede más...
Con fe, adelante en la vida como sabia, heroica y victoriosa
causa de amor.
He cumplido con
el reto e invito a toda persona llamada a comunicar una cita bíblica y su impacto
edificante mediante una nueva conciencia, a así hacerlo.
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