El periódico “Escuela” del 7 de septiembre de 1953,
dedicó su portada a Ponce. Para ese tiempo, no habíamos nacido los que nos
graduamos en Ponce High en 1985.
Se reconoce a
la década del ’50 como la década de oro en progresos socioeconómicos y
constitucionales. Para la década del ’50, grande es el desarrollo artístico,
literario y cultural. En lo musical, Felipe Rodríguez ejemplifica los estilos
de gran contenido. Es en 1955 que surge el Instituto de Cultura Puertorriqueña.
No todo fue
color de rosa. Sobre la migración, de la UPR se informa en internet:
·
“Para el año 1940, menos de 70,000 puertorriqueños
vivían en los Estados Unidos continentales. Diez años después la comunidad de
emigrantes se habían multiplicado a 300,000 personas y en la siguiente década
ya había alcanzado la enorme cifra de 887,000. Para el 1970 el número de
personas nacidas en Puerto Rico o de padres puertorriqueños que vivía en los
Estados Unidos, alcanzaba la cantidad de 1.4 millones de personas. En 1975 esa
cifra subió a 1.7 millones. Se dice que fue la ciudad de New York el primer
hogar para millones de inmigrantes al país, que se convirtió en el nuevo hogar
para la llegada masiva de ciudadanos estadounidenses de otras partes, siendo
ellos los puertorriqueños y los negros que venían de los estados del sur de los
Estados Unidos”.
La gran
pregunta es: Si había tanto progreso en la Isla, ¿por qué la masiva emigración?
Era como contradicciones coexistiendo. La vida es compleja.
La portada de “Escuela”
de 1953 me confirma que Ponce era y es importante en el desarrollo del país. Al
escribir estas palabras, es un hecho que muchos han emigrado en busca de
oportunidades y los bendigo. Otros seguimos dando batallas en la Isla.
Al graduarnos
en mayo de 1985, grandes esperanzas nos movían. La fe dicta que cada cual está
en donde Dios le necesita. Sin embargo, reconozco que muchas veces he sentido y
siento que debo perseverar ante contradicciones coexistiendo.
Una portada de
“Escuela” y Ponce High 1985: Confirman ante todo y ante todos, que cuando
escasean las respuestas y se necesitan nuevas soluciones, brilla la fe que libera
conciencias y hay valores señoriales que abren caminos.
Dios nos
ilumine --en cada escenario y drama en donde nos toque luchar y amar-- para
tener idealismo con los pies en la tierra y capacidad para hacer y consagrar
algo mejor cada día.
·
“DIOS TE
NECESITA
Un
pequeño en su oración le preguntaba a Dios:
Señor,
sé que tú eres mi creador, que me has dado todo a cambio de nada, me has
enseñado que debo esperar todo de ti, que contigo nada me podrá faltar, pero
sabes, tengo una profunda duda y esta noche quisiera preguntarte, ¿Señor, tú me
necesitas? ¿Por qué me creaste? , si tú lo eres todo y eres infinito me
pregunto a mi mismo, siendo un ser tan pequeño e insignificante ¿podré servirte
de algo? ¿Acaso me necesitas?
Continúa
la metáfora…
-
Hijo mío, en tu pequeñez está tu grandeza, tú sintetizas toda la maravilla de
la creación.
Pero
Señor, soy solamente uno más entre 5,500 millones de seres humanos, soy tan
infinitamente insignificante que no me explico por qué dices que soy
importante.
Cada
ser que yo he creado es único e irrepetible y he dado a cada uno una importante
misión que cumplir, la cual la debes realizar libremente y con amor.
¿Una
misión?, no entiendo, ¿acaso no puedes hacer el mundo como tú quieres?, sé que
tu poder es ilimitado.
Le
he dado al ser humano una alma libre que posee dos grandes virtudes: la
inteligencia y la voluntad, y su mayor facultad es ejercerlas con libertad, es
el único camino para llegar al amor verdadero.
Pero
Señor, insisto, ¿tú necesitas al ser humano? ¿qué necesidad tienes de nosotros
si tú lo eres todo?
Hijo
mío, te necesito porque sin tus ojos no podría contemplar la grandeza de la
creación, sin tus manos no podría continuar mi obra realizando avances para que
el ser humano se pueda desarrollar plenamente, sin ellas no podría consolar a
los desposeídos, a los abandonados, a los que necesitan una caricia de
consuelo, dar un trozo de pan a un hambriento, sin tus manos no podría
acariciar a una criatura, dar la ternura que tantos necesitan, no podría cerrar
tantas heridas y acunar a un niño al momento de nacer.
Sin
tus labios no podría pronunciar palabras de consuelo, sin ellos no se podría
predicar la verdad, defender a los pobres y olvidados, sin tu voz no podría
hacer llegar mis mensajes a toda la humanidad, ¿no te das cuenta que necesito
comunicarme con el hombre a través tuyo?
Sin
el cuerpo de los seres humanos no podría continuar la creación, el hombre y la
mujer son mis orfebres y en el vientre de una madre se manifiesta mi grandeza.
El
pequeño le interrumpió.
Señor,
entonces es cierto, tú me necesitas, hoy me siento más importante que nunca, te
prometo que descubriré mi misión y seré parte digna de tu creación.
Finalmente
Dios, con voz suave le dijo:
Pequeño,
tú eres mi esperanza, en tu sonrisa se rebela el sentido de la alegría del amor
y en cada una de tus lágrimas la sensibilidad profunda de mi creación, vive con
la libertad y nunca lo olvides: sin ti nada podría realizar, te amo
infinitamente y deseo que tú me ames libremente y ambos vivamos intensamente la
realización en el amor.
El
pequeño, con una sonrisa en sus labios y con una profunda esperanza finalmente
en paz, durmió”.
--Miguel
Ángel Cornejo
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