jueves, 25 de diciembre de 2014

El juguete de Navidad tiene trascendencia.

Pocas cosas en la vida son comparables con la pura ilusión con que niños esperan los regalos que traerá Santa Claus movido por el amor que inspira el cumpleaños de Jesús. Es una sana perspectiva que puede y edifica más que las expresiones en contra de Santa Claus. Jesús es amor e inclusión, no es cainismo y exclusión.

Sobre los juguetes navideños, existe la idea de que terminan siendo desechados y en un gran número de casos es así. Sin embargo, no tiene que ser así.
Existen coleccionistas que conservan juguetes en una dinámica que incluye mucha documentación y profesionalismo. Los juguetes y el juego son esenciales en la formación, y lo que supera moldes tradicionales hace historia.

Apoyo lo de coleccionar y hay dos figuras de acción de mi niñez, de la icónica serie “The Six Million Dollar Man”, con grandes significados para mí. Una figura me recuerda mi insistencia para conseguirla y cómo fue más que complaciente mi padre. Otra figura me recuerda la magia navideña al esperar los regalos bajo el árbol. Todo me recuerda la forma en que mi madre fomentaba una buena y saludable niñez.

He aprendido con el paso de los años y los pasos evolutivos que proceden --para formar bien a las generaciones-- unos conceptos básicos:
·         Navidad es amor. Navidad es el cumpleaños de Jesús.
·         Más allá de interpretaciones comerciales, Santa Claus puede muy bien representar a las personas que inspiradas en Jesús, optan por hacer el bien y dar amor.
·         El recibir regalos no significa que se merece todo, sino que el significado de la Navidad mueve a sembrare el sentido cristiano desde los inicios.
·         Que recibir regalos en Santa Claus y Reyes, supere el nivel de conciencia de “recibir regalos dos veces” o la necesidad de recibir regalos de Santa Claus para tener más tiempo para disfrutarlos previo al regreso a la escuela. Que se fomente el entendimiento de que lo multicultural fomenta más crecimiento integral y progreso.
·         Al promover la conservación de juguetes, el coleccionar o el legar a otros, se fomenta un taller con ilimitadas posibilidades.

Sobre todo, que la humildad del nacimiento de Jesús sea interpretada en los mejores términos, para que la escasez de un momento dado logre ser superada (en San Juan 10:10 Jesús dice que vino para que tengamos vida en abundancia) y todo nivel de adelanto y prosperidad sea subordinado a la consagrada prudencia.

Hay heroísmo al fomentar el valor de los juguetes y la trascendencia que ahí palpita. Adelante en la vida como sabia, heroica y victoriosa causa de amor…















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