Mediante
mensaje televisado al país el 30 de noviembre de 2014, el gobernador Alejandro
García Padilla presentó unas realidades económicas, informó que no se detendrán
los servicios de transportación masiva, y que se consiguieron los votos para el
llamado impuesto de la “crudita” y destacó las virtudes de unos alivios
contributivos.
Argumentó
el Gobernador “los economistas estiman que la medida solo tendría un impacto
promedio de $1.17 a la semana a la familia típica puertorriqueña”. Sostuvo que
la reforma contributiva logrará que el contribuyente promedio “tenga una
reducción de $300 y $1,200 al mes”. Dijo: “Como ven la reducción en las contribuciones
sobre ingreso de cada individuo compensarán por mucho el costo que pueda tener
la solución propuesta”.
Con toda
objetividad, reconozco que aumenta el debate ante tales datos por la
experiencia histórica con los impuestos.
La Cámara
de Representantes aprobó el 2 de diciembre, el proyecto que aumentaría en un
68% el impuesto sobre el barril de petróleo y sus derivados. Dice el reportaje:
·
“La legislación aprobada incluyó las enmiendas que
negoció el representante popular Luis Raúl Torres con el Ejecutivo para atar la
implementación del aumento en el arbitrio con la aprobación de la reforma
contributiva”.
La medida
pasará al Senado y en el debido proceso democrático, lo propio es promover toda
mejora que proceda y no el grito sin alternativas o soluciones.
Ante eso,
sin caer en ciega defensa de un impuesto ni hacerle el juego al cainismo, veo
que lo primero que procede es desear que todo funcione según lo programado. He
aprendido que la vida es tan breve y frágil, que lo más necesario es promover
lo salomónico y no guerra. Aunque pueda haber lógica suspicacia, y la contienda
política pueda justificar duda o desconfianza, en verdad sería al extremo
mezquino desear que todo fracase y que el país caiga al abismo para buscar
“ganancias” o adeptos.
·
Es razonable que pueda haber temores ante el impacto de
un impuesto. En el propio PPD hay líderes y pueblo que consideran que otras
deben ser las opciones y eso no les convierte en desleales. De hecho, el que se
apruebe el impuesto de la “crudita”, no debe llevar a cerrar puertas a las
ideas dadas para fomentar más justicia, como lo que se mencionó de un impuesto
al estilo del "tollgate tax", que sería una contribución especial a
las corporaciones que hacen negocios en Puerto Rico y que según el
representante Natal Albelo se “fugan del país cerca de $35,000 millones
anualmente en rendimiento de capital”. Debemos recordar que el precio del
petróleo no es estático y que aplicar un impuesto en base a una baja en el
precio, se presta a privar de un alivio al pueblo en tiempos de crisis, a generar
un impacto inflacionario y a crear incertidumbre sobre lo que pueda ocurrir de
darse un aumento en el costo del petróleo. Además, se necesita un enfoque
integral en que no sea solo aumento, sino también justicia contributiva y
medidas para fomentar la productividad y el progreso. Algo de eso mencionó el
Gobernador. Además, se han dado unos buenos pasos, como el apoyo al quehacer
agrícola, y se necesita más. Procede procurar el mejoramiento de la Isla.
·
Es más razonable que ante los puntos de convergencia y
divergencia en el tema de la “crudita”, no se olviden las causas de los
problemas. Se sabe que la administración García Padilla heredó un cuadro
pavoroso. Se reconoce que la medicina amarga al estilo republicano y los
despidos masivos no funcionaron. Se entiende que aunque se han ido generando
empleos y no ha habido despidos masivos, son muchas las necesidades en el
proceso de restauración.
Es
legítimo diferir y es alto promover soluciones serias y realistas. Lo que no es
digno ni respetable, es fomentar más cainismo, personalismo y hasta casos de
mezcla de fanatismo político con fanatismo religioso. Lo humano y cristiano
llama a algo mejor.
Afortunadamente
hay gente buena en todas las corrientes ideológicas, que comprenden que ninguna
ruta de status político funcionaría en un país en ruinas. Afortunadamente hay
gente buena en todas las corrientes de fe que comprenden que la enseñanza de
amor llama a superarse a uno mismo.
Procede
tener los ojos bien abiertos, orientar y educar. Que no haya espacio a que
tomen el poder quienes buscan destruir los avances en equidad y avalar penas
desproporcionadas para unos y lucro desmedido para otros. Promover paz es
promover progreso con equidad.
En la ruta, surgen válidas perspectivas y
la mejor oportunidad y base de crecimiento pleno, está en discernir y
comprender que la opción de las mogollas no es superior. Es encomiable
la búsqueda de las mejores soluciones y todo lo mejor se logrará en la base de
potenciar al ELA, superando a funcionarios de turno y visiones de corto plazo,
a la altura de lo fundado por Luis Muñoz Marín y de la capacidad de Luis A
Ferré al superar el partidismo para la redacción de la constitución y la
defensa de la Sección 936. Adelante. Dios ilumine a todos. ¡Sí a la Restauración de Puerto Rico!
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