Recuerdo que en la universidad, tuve
un profesor que no le gustaba el pensamiento de que “todo tiempo pasado fue
mejor” y afirmaba que “todo tiempo futuro será mejor”. Lo de estar en acuerdo o
desacuerdo con eso, lo dejo para otros diálogos. La clave es que el positivismo
enfatiza en los logros y motivos de vida; el pesimismo toma otra ruta y en
ocasiones, se disfraza de “realismo” para ocultar que drena en vez de alentar.
Quienes cuestionan los adelantos en
las comunicaciones, citan de Albert Einstein: “Temo el día en que la tecnología
sobrepase nuestra humanidad. El mundo solo tendrá una generación de idiotas.”
Es cierto que no todos hacen bien e
inteligente uso de los adelantos de la tecnología de las comunicaciones. Sin
embargo, los usos positivos y potencialidades de unificación, de facilitar el
contacto con las personas y de transmisión de mensajes edificantes, de mayores
alcances del intelecto y de progreso, son mucho más.
Einsten acertó al alertar, pero
falló al perder de perspectiva lo que magnifica lo constructivo. El que se
pueda diferir en unas cosas y coincidir en otras con las ideas de Albert
Einstein, confirma que la realidad humana (con virtudes y defectos) destaca la igualdad;
y de esa igualdad brota la tolerancia hacia la diversidad. El caudal de
pensamientos positivos de Einstein sigue impactando. Es la visión y acción
salomónica lo que va perfeccionando en un mundo imperfecto, en una ruta
interminable.
Maximicemos
todo lo positivo con sabiduría y amor. Optemos por tender puentes. Apoyemos las
ilimitadas posibilidades de avanzada y las nuevas empresas de equidad y
progreso integral. Adelante en la vida como sabia, heroica y victoriosa causa
de amor. ¡Demos vida a la vida! Dios ilumine a todos.
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“Vivimos en el mundo cuando amamos. Sólo una vida vivida
para los demás merece la pena ser vivida”. --Albert Einstein
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