El 7 de diciembre de
2014, se cumplen 73 años del infame ataque a Pearl Harbor, dado en 1941, en que
la maldad, en vez de derrotar, tuvo el efecto de despertar al gigante. La victoria
que se alcanzó tras las grandes batallas, sigue resonando e inspirando y
educando a generaciones. Hoy la infamia tiene nuevos disfraces.
Recordemos con la
voluntad de vestirnos de heroísmo y afirmar valores permanentes. Recordemos con
amor, orgullo y agradecimiento a los héroes de verdad en todo frente; sea el
Señor en lo que vivamos.
Cuando más problemas hay, más se
busca de heroísmo y ejemplos edificantes. El heroísmo real se atreva a vivir,
perseverar y fructificar con el más abarcador amor.
Aprendamos
a reconocer, valorar y apoyar el verdadero heroísmo, que no siempre es
reconocido, comprendido y apoyado, pero que persevera, se resiste a dejar de
creer y crece en fe, pruebas, amor, valor y ensordecedores silencios.
Aprendamos
a reconocer, valorar y apoyar el verdadero heroísmo, ya que a eso nos llaman
los héroes que en diferentes tiempos y a diferentes generaciones, han sabido inspirar
para superar limitaciones con el poder que viene de adentro, ser sensibles ante
el dolor, valientes ante las injusticias, más solidarios y constructivos, más
humanos y hermanos. Ahí están las reales super-hazañas. Dios ilumine a todos.
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