1)
¿Es propio llegar
a sentir malestar porque un fenómeno atmosférico no cause estragos en Puerto
Rico (isla en zona susceptible a fuertes tempestades, una frágil
infraestructura, serios problemas y abismales brechas socioeconómicas)?
2)
¿Es propio dar
gracias a Dios cuando un fenómeno atmosférico no afecta a Puerto Rico severamente
y ser indiferentes si afecta a otros países?
3)
¿Es propio clamar
que “Dios nos ha protegido” cuando un fenómeno atmosférico no toca a Puerto
Rico, e inventar juegos de palabras y manipular el
concepto de “propósito de Dios” o recurrir a hacer sentir culpable, cuando sí
nos toca?
4)
¿Es propio buscar explotar el sensacionalismo en
situaciones de emergencia en vez de fomentar las debidas acciones preventivas o
de manejo de situaciones (ante fenómenos cambiantes y recordando que las
lluvias causan los mayores daños y que lo ocurrido en Mameyes confirma que no
es propio menospreciar lo que no es huracán)?
5) ¿Es
propio atacar toda decisión gubernamental, o desarrollar operativos
publicitarios oficiales; desarrollar acciones que no abonen a lo realmente
maduro y sensato?
Ante esas
preguntas y otras, es mejor ser humildes que jugar con la suerte. Es mejor buscar
y desarrollar las nuevas oportunidades de edificación que dar gusto a la guerra
sin sentido e interminable. Hay que superar el palo si boga y palo si no boga.
Lo
importante es no pecar de ingenuos, tener siempre capacidad de discernimiento
para separar al grano de la paja, y buscar superar las imágenes y las pequeñas
consideraciones. Que el cuento del lobo fomente la prudencia, y que la
enseñanza bíblica de que un hogar dividido no puede sostenerse y progresare,
fomente una nueva unidad para perfeccionara la infraestructura y fomentar más
equidad, justa distribución de la riqueza e integral adelanto socioeconómico.
Ante lluvias, ninguna precaución está de más y pasada la tempestad, que no
falte la correcta introspección.
Que la
acción de gracias sea de verdad, que haya solidaridad con los países vecinos y
que todo nuevo amanecer, sea nueva oportunidad para crecer como seres humanos y
como país. Apoyo en principio los pasos dados por la administración García
Padilla y que sigan optimizando con sabia receptividad a toda crítica
constructiva.
Oremos
para que quienes estén ante las congregaciones, NO se dañen, NO dañen y
fomenten la plena abundancia de todos en línea con la Palabra y la sana
doctrina cristiana. Oremos por los gobernantes para que aprendiendo y creciendo
en la forma de enfrentar casos de emergencia (en un mundo en que por el cambio
climático, cada fenómeno será más impactante, por lo que se necesita mejor
planificación y desarrollo como proyecto de todos los pueblos), el país recupere todo lo bueno que supera religiones, partidos y
mucho. Oremos por todos para hacer y consagrar patria.
--Gerardo
L. Berríos Martínez
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