El honorable presidente de la Cámara de Representantes
del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, Jaime Perelló, tiene una admirable
trayectoria, dones y méritos como líder y legislador. Por eso se espera mucho
de él (más que de otros); y por eso no me uniré al coro que se pega hasta de un
clavo caliente para atacarlo.
En el tema de los reembolsos, Perelló tuvo razón en el
concepto que se aplica con toda normalidad en diversos lugares y empresas.
Cuando se entiende que el éxito de los empleados es el éxito de la empresa, se
promueven los estudios y se ve como sabia inversión el reembolsar esos costos
legítimos de crecimiento profesional.
Sin embargo, lo que se hace a destiempo se desvirtúa: En
tiempos de crisis y ante la razonable suspicacia por las experiencias en que
legisladores han usado lo legislativo como cortina para buscar un desmedido
lucro personal, no se recibió bien lo de los reembolsos, mientras se prometer
reducir gastos.
Son demasiados los que son azotados por la crisis económica,
que el dinero no les rinde y buscan fuentes de ingreso adicionales, tienen que
recurrir al tarjetazo y al préstamo, no pueden ahorrar y se les hace imposible
continuar estudios. Hay que cumplir bien, tener comprensión y sensibilidad y
educar con el ejemplo. Voy más allá:
El Capitolio NO es el lugar para buscar unos “niveles
de vida” y ciertamente quien llega en el afán desmedido de lucro, no sirve bien
ahí. Hace falta contar con la más ampliamente representativa y efectiva
Legislatura. Se necesita restaurar con la humildad que sabe respetar y la
dignidad que sabe obrar y cumplir.
NO es correcta ni justa la teoría de que al reducir
“beneficios”, se pierde calidad en la composición legislativa. Es todo lo
contrario: Se gana calidad y se presenta la gran oportunidad de reformar de
verdad, democratizar mediante la más amplia participación y sabia elección, y
contar con vocación genuina y productiva.
Expresó Perelló al eliminar los reembolsos:
·
“La orden
administrativa para el Control y Manejo del Presupuesto de las Oficinas de los
Representantes, se aprobó porque así lo requiere la Ley 24-2013, Ley de la
Reforma Legislativa, y luego de discutirlo y acordarlo con el Presidente del
Senado. Mi única intención es cumplir con la Ley y poner un tope a algo que
nunca se reguló hasta este momento. Aunque mi acto es conforme a la ley, ante
la confusión que ha causado estoy eliminando todo lo relacionado al reembolso
de gastos. Queda en vigor la otra Orden Administrativa Número 10 que dispone
sobre el proceso que regirá la reducción de gastos operacionales en la Cámara
de Representantes”.
“Este
mecanismo de control fue interpretado erróneamente como un ingreso adicional
para los legisladores. Entiendo la difícil situación económica que vive el País
y para despejar cualquier duda relacionada al tema he tomado esta decisión. En
la Cámara hemos logrado reducciones sustanciales de un millón de dólares al
consolidar comisiones y de cinco millones en nuestros gastos totales. Estas
economías serán destinadas por la Cámara a las necesidades apremiantes del país
como ya ocurrió con el Departamento de la Familia al cual se le asignó un
millón de dólares para investigar las querellas de maltrato y abuso sexual a
menores”.
Perelló logró
poner fin a una controversia salomónicamente y ejemplificar que en el PPD hay
capacidad de crecimiento. El rectificar con sabiduría y en atención al sentir
de pueblo, es más que el cainismo y el “palo si boga y palo si no boga”. No
obstante, reitero mi recomendación de que para fomentar estudios y crecimiento
profesional, un buen paso es conceder tales oportunidades en primera instancia
a los asesores legislativos que llevan a cabo el grueso del trabajo. Procede
seguir atentos para propiciar el éxito de la Reforma Legislativa y del Programa
que pone a la gente primero.
Redescubramos que no es bueno el “tanto tienes, tanto
vales”, y que lo que mejor define al ser humano es lo que vive a tono con la
luz que viene del alma y agrada al Creador. Dios ilumine a todos.
·
“Llevar a cabo
lo que el pueblo ordena es agotar todo esfuerzo para cumplir los propósitos
anunciados públicamente durante la campaña, a base de los cuales se le pidió al
pueblo diera sus votos”. –Luis Muñoz Marín
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