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“Es muy
honroso agregarle una estrella más a la gran bandera de Estados Unidos. Es
igualmente honroso agregarle una idea creadora más, a la gran constelación de
la libertad en el pensamiento de América”. –Luis Muñoz Marín.
Apoyo los esfuerzos del senador Ramón Luis
Nieves en pro de la equidad porque es algo que vivifica el respeto al prójimo.
Con ese respeto, considero que de darle la razón al senador Nieves en que no tiene
nombre el pacto en Puerto Rico y Estados Unidos, se podría argumentar que el
nombre está en la Ley de Relaciones Federales.
Lo importante es que lo que hace a algo es
su esencia y no un nombre. Lo significativo es que el nombre de Estado Libre
Asociado de Puerto Rico tiene admirable historia por las esencias de pueblo y
patria.
La realidad es que el ELA es ampliamente
reconocido y validado. Lo primero internacional que valida al ELA es La
Resolución 748, mediante la cual, la Asamblea General de las Naciones Unidas
celebró el proceso que ponía fin a la clasificación de Puerto Rico como colonia
y dijo entonces que “reconocía que el pueblo del Estado Libre Asociado de
Puerto Rico, al expresar su sentir de forma libre y democrática, ha alcanzado
un nuevo status constitucional” y que “el Pueblo del Estado Libre Asociado de
Puerto Rico ha sido investido con atributos de soberanía que claramente
identifica el status de gobierno propio alcanzado por el pueblo de Puerto Rico
como el de una entidad política autónoma”.
Además, la
Resolución 2625 reconoce en “El principio de la igualdad de derechos y de la
libre determinación de los pueblo”, lo siguiente: “El establecimiento de un
Estado soberano e independiente, la libre asociación o integración con un
Estado independiente o la adquisición de cualquier otra condición política
libremente decidida por un pueblo constituyen formas del ejercicio del derecho
de libre determinación de ese pueblo”.
Es decir: Es
falso argumentar que el ELA no es opción y que se tiene que tomar un camino en
específico por el llamado “derecho internacional”, ya que en las más simples y
directas palabras: Todos los principios en derecho y procesales, se fundamentan
en que lo que debe imperar es la libre y sabia voluntad del pueblo.
El ELA también
ha triunfado en el terreno judicial. Por ejemplo: En 1967, el Tribunal Supremo
de Estados Unidos adjudicó el caso de Afroyim v. Rusk sobre la ciudadanía
americana, lo que puso fin a la teoría engañosa de que se podía perder la
ciudadanía bajo el ELA. En 1953, en el
caso Mora v. Mejías, la Corte de Circuito establece: “Puerto Rico has thus not
become a State in the federal Union like the 48 States, but it would seem to
have become a State within a common and accepted meaning of the word … It is a
political entity created by the act and with the consent of the people of
Puerto Rico and joined in union with the United States of America under the
terms of the compact”.
Es decir: Se
reconoce la validez del ELA. Los casos
electorales, como los pavazos y los pivazos, son gran ejemplo en que se valida
la autoridad del ELA para establecer el gran principio de la voluntad del
elector. No olvidemos que la Constitución del ELA reconoce la soberanía del
pueblo y su suprema expresión en las urnas.
El
ELA es un pacto democrático que ha funcionado bien y sirve. Sin embargo, con el
paso del tiempo, se ha considerado pertinente revisar términos de4 ese pacto
para dar mayores poderes a la Isla en temas controlados por el nivel federal.
Eso no significa eliminar el pacto o que no sirva, sino perfeccionarlo. De ahí
surge el nombre de “Nuevo Pacto”. En la medida que la generosidad, el cristianismo y
el patriotismo prevalezcan en forma sabia y salomónica, redescubriremos la gran
herramienta de estabilidad y progreso que es el ELA en la base de la unión
permanente de PR con EEUU.
Recordemos que
el gran ideal no está en una fórmula de status político, sino en la inmensa
obra humana a desarrollar. Los logros del ELA no son un recuerdo nostálgico
pasado, son la zapata que nos llama hoy a edificar más. Es la base de
la verdad y la sana autoestima, lo que nos convoca a realizar las hazañas del
siglo 21 con la misma fuerza de pueblo unido y visionario con que una vez
dijimos “Manos a la Obra”.
El caso de
Puerto Rico no es de naturaleza colonial, sino de buscar perfeccionar su
realidad. No se trata de que el ELA no sirva. La evidencia confirma que el ELA
sirve y es buena zapata para construir. Se trata de atender temas pendientes y
actualizar lo iniciado al crearse el ELA, en temas como la Ley de Cabotaje,
elevar a rango constitucional la autonomía municipal, y otros.
Lo que hace a algo es su esencia y no un
nombre. Celebremos que el ELA no es colonia, que el ELA es Puerto Rico. Dios
ilumine a todos.
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“En Puerto
Rico nos sentimos profundamente orgullosos de la aportación al pensamiento
político de América que significa el Estado Libre Asociado. Nos sentimos
orgullosos como puertorriqueños y como ciudadanos de Estados Unidos. El Estado
Libre Asociado es creación del espíritu de ambos pueblos. La capacidad de ambos
para desarrollar nuevas formas políticas; la disposición de Estados Unidos, tan
claramente demostrada en el caso de Puerto Rico, de respetar y respaldar los
deseos democráticamente expresados por un pueblo –aún llegando a adoptar nuevas
formas e instituciones en su manera tradicional de federalismo- hacen que se
ahonden nuestra confianza en nosotros mismos como puertorriqueños, nuestro
afecto por el pueblo de Estados Unidos, nuestro respeto por la libertad que
simboliza, sostiene y genera. No es libertad rutinaria. No es libertad
incrustada en rígidos moldes jurídicos. Es libertad creadora de nuevas
dimensiones de libertad”. –Luis Muñoz Marín.
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