El domingo 28 de julio de 2013, al salir de la Iglesia
cambié la rutina llegando hasta el restaurante “Sizzler” de Plaza del Caribe de
Ponce.
Meditaba en que unos piensan que terminan
las vacaciones de verano, otros piensan que viene el “Back to School”, y no
falta quienes piensan que no tuvieron vacaciones. Tomando en cuenta que en
Estados Unidos comienzan las clases en septiembre, hay quienes dan viajes
veraniegos en agosto. Hay quienes viajan, hay quienes hacen turismo interno, y
hay quienes tienen que improvisar ante la retadora situación económica. Ante
ese escenario, contemplaba mis dramas…
En medio de tantos pensamientos, recibí en “Sizzler”
–en un ambiente de excelente servicio y atención al cliente- un buen pan de
cortesía que me recordó que mucha inspiración se desarrolla en torno al pan.
Como muestra, el Supremo Maestro daba
gracias antes de partir el pan, y desde la conciencia que todos somos hijos de
Dios, el pan literalmente se multiplica en todo tiempo. Así, nos comprendemos y
hermanamos, y es factor constante que los grandes diálogos ocurren en la sobremesa.
Que el pan nuestro de cada día sea sazonado con amor, sabiduría constructiva,
positivismo y todo lo que da trascendencia a la existencia.
En Plaza del Caribe, en cada
establecimiento que se preparan alimentos, hay esmero con un toque especial.
Con esa perspectiva, todos los días se puede vivir el oasis que se asocia con
vacacionar; que es recuperar energías para vivificar la fe.
La vida es solo una y procede aprovecharla
y disfrutarla con sana conciencia; lo que es dar vida a la vida. Es importante dar
gracias a Dios con amplio entendimiento, desarrollar sabia introspección ante
lo logrado y ante lo aún no logrado, perseverar y buscar dar a cada día un gran
motivo de potenciación. Dios ilumine a todos.
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