Todo atardecer y amanecer rojizo es como un
regalo de Dios al amor y la pasión.
Toda luna llena es inspiración y luz que al
contrastar con la oscuridad propia de la noche, invita a la mayor visión y
siempre me recuerda la canción “Baño de luna” de la gran
alma con dones, belleza inenarrable, energía, llamado único y presencia sin
igual con el nombre artístico de Melina León.
Los
rojizos amaneceres y atardeceres generan sublime inspiración y no ideas de que
el Creador pinta fatalista sangre. Lo mismo aplico a la Luna roja. Prefiero ver
el llamado a superar rutinas para valorar detalles y perfeccionar mediante una
ruta de vida, en la breve existencia, que acentúe todo lo sabio, armonioso,
justo y edificante.
Las
maravillas de la creación son signo de VIDA y la llamada “Luna roja”, es
perfecta combinación de las razonables explicaciones de la ciencia sobre las
realidades de la creación, y los trascendentes significados de divina intensidad;
fiel reflejo de que todo lo que marca mejores comienzos, revelaciones y
milagros de amor. La ciencia, la fe y el amor PUEDEN ARMONIZAR PERFECTAMENTE
porque son de Dios y voy más allá: Cuanto más se puede razonar, más es de Dios.
Adelante...
Dios
ilumine a todos en la vida como sabia, heroica y victoriosa causa de amor.
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