jueves, 17 de abril de 2014

Se le ve la costura al “ayuno” mal convocado para manipular y deformar el término de “humillación” con el fin de promover cainismo, personalismo y politización.

La decisión de ayunar es respetable y Jesús es claro sobre el ayuno en Mateo 6:16-18:
·         “Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público”.
                    
Es respetable ayunar por un fin constructivo, para el bien y sin pretender torcer el brazo de Dios o torcer y manipular conciencias y voluntades.
                       
Fue triste que lo positivo que se pudiese asociar con el ayuno de 40 días por Arecibo, se desvirtuase con mensajes equivocados. La noticia de que Lares, Morovis y Ponce se unirán a esa estrategia, confirma que nada consagrado hay en eso, sino más politización y confrontación. Nada bueno hay en mover a protestas en contra de las políticas de equidad, humanidad y verdadera cristiandad. Si en verdad se buscase más del Señor, las acciones serían diferentes y apoyarían los esfuerzos de inclusión y mayor justicia y progreso con equidad en un país que necesita a todos.

La Biblia exhorta a orar por las autoridades y por todos, NO a fomentar cainismo. El país no le ha dado la espalda a Dios. Quienes le han dado la espalda a Dios son quienes se desvían de honrar la vocación de mayor consagración por otras agendas. Ante los problemas del país, se necesitan soluciones salomónicas que infundan paz integral. Partiendo del contenido de Mateo 6, procede seguir en paz fuera del cainismo; perseverando ante Dios y lo conciencia por lo que en verdad ama, unifica y edifica.  

Afortunadamente no todo el liderato religioso falla en esa forma y por eso es importante orar para que quienes estén ante las congregaciones, NO se dañen, NO dañen y fomenten la plena abundancia de todos en línea con la Palabra y la sana doctrina cristiana. No es tiempo de humillarse, sino de levantarse, reverdecer y restaurar; es en esa ruta que se encuentra Puerto Rico. Iniciativas a nivel Isla como el amplio impulso agrícola, y a nivel de la Capital como el “Presupuesto Participativo”, en verdad honran a Dios en el nivel que vivifica al cristianismo en el concepto Patria-Pueblo.

¿Humillación y sumisión?; al empleo de esas palabras para manipular, la respuesta debe ser NO, NO y NO. Porque Dios emplea los medios que Él desea para responder, obrar y edificar, cada persona que opta por hacer y sembrar el bien, es instrumento de Dios y canal de bendición.

Lo más esperanzador está en cada alma que ante lo decepcionante, responde buscando su propio, personal y real crecimiento y desarrollo espiritual; que se vive y fructifica. El país se va salvando día a día desde la decisión de cada alma de aportar a la paz y la armonía. Quien se sienta movido a “humillarse” que lo haga libremente y por las razones correctas. La Biblia exhorta a orar y más a las buenas obras como rumbo de vida (más que privarse de alimentos, que sea privarse de contiendas y personalismos); recordemos que la Equidad es buena y agrada a Dios.

Así, veo más propio eventos de “Agradecimiento y Reconciliación Nacional” en tiempos en que aún ante serios retos, el país va creciendo en su capacidad de creatividad y perseverancia, y en correctas iniciativas en pro del progreso con Equidad.

Se confirma que se necesita introspección y real humildad en la vida como causa de amor. Dios ilumine a todos.

·         “Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”. --Mateo 22:36-40
                                
·         “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
Así que, por sus frutos los conoceréis.”
--San Mateo 7:15-20



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