jueves, 4 de febrero de 2016

En ocasiones, lo que divide puede convertirse en lo que une…

Rafael Hernández Matos, padre de Rafael Hernández Colón, fue republicano y estadista. No obstante, fue nominado para ser juez asociado del Tribunal Supremo de Puerto Rico por el gobernador estadolibrista Luis Muñoz Marín por sus méritos e integridad. Dora Colón Clavel, madre de Rafael Hernández Colón, fue independentista. Ella fue candidata a Alcaldesa de Ponce por el Partido Independentista Puertorriqueño y el apoyo porcentual que recibió ejemplificó el aprecio de la gente a su calidad humana. En don Rafael y doña Dora, grandes quilates nunca fueron empañados.

Rafael Hernández Colón aprendió de su padre estadista y de su madre independentista, el sentido de respeto y tolerancia y, sobre todo, la capacidad de amar que acentúa lo que une por encima de cualquier diferencia. Eso es lo que hace desde la familia, comunidad y patria (todos en la Isla bajo un gran techo en que se puede diferir sin dejar de ser hermanos y adelantar los propósitos de bien en común).  

Vemos que se confirma que el concepto de compañía idónea es mucho más que moldes y teorías. Ciertamente no se ajusta al estilo de manipular para atar parejas por motivos ajenos a su bienestar; por ejemplo, no es correcto fabricar parejas para amarrarlas en lugares de congregación. La pareja perfecta no es la que está de acuerdo en todo, sino la que logra crecer en sus puntos de diferencias y se complementa en forma ejemplar por el verdadero amor que es más que todo.

Parejas con diferentes ideas religiosas pueden unirse bien porque la fe es más que quien predica o quienes se congregan en tal o cual lugar; la fe es buscar consagrar todo ante una Fuerza Suprema que supera fronteras y estereotipos. Parejas de diferentes formaciones socioeconómicas y de lugares diferentes pueden unirse bien porque se atesora más lo que vence distancias y obstáculos separatistas. Parejas con diferentes ideas políticas pueden unirse bien y como gran ejemplo para Puerto Rico, un hombre conservador que cree en el ELA fundado en 1952 como fórmula que no es colonia con plena dignidad moral y política, puede unirse bien con esa mujer líder soberanista que abraza ideas con notables diferencias, ya que con puro amor se ve que la verdadera esencia del patriotismo nace en la pareja que vive y transmite supremo respeto, pasión y la intensidad que une y funde fe, ideales y energías.  

En ocasiones, lo que divide puede convertirse en lo que une cuando se toma como punto de partida para buscar forjar nuevos y mejores paradigmas de armonía y concordia, de amorosa edificación y solidario crecimiento integral. El amor puede cambiar la ruta y toda una vida. Que se desarrollen los testimonios que, en esa consagrada línea constructiva, sean faro para todos. Adelante…





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