lunes, 22 de febrero de 2016

La deuda no es cuestión de status político, es cuestión administrativa.

Hay que buscar las más sabias soluciones como proyecto de país. El que debe haber unidad de pueblo para enfrentar la degradación del crédito, no significa que sea imposible buscar causas y examinar las realidades y decisiones administrativas de otros años. La clave es que la verdad potencie todo lo mejor. Como diría José Gervasio Artigas: “la verdad, ni teme ni ofende".
                      
En la noche del 14 de septiembre de 2014, se hizo historia en la televisión puertorriqueña con el programa "La Deuda en PR: ¿Quién tiene la culpa?”. En un breve tiempo, se logró sintetizar mucho. Se pudo confirmar que en las décadas del ’40 y el ’50, grande y ejemplar fue la obra de justicia social y estabilidad política; con el liderato de Luis Muñoz Marín y una generación fundadora. Se le hizo justicia a Roberto Sánchez Vilella como excelente administrador. 
                     
En lo histórico, en la administración de Luis A. Ferré comienza a elevarse la deuda, pero eso no le resta a lo meritorio de la obra de infraestructura e iniciativas justicieras como el Bono de Navidad. En 1973 comenzó la administración de Rafael Hernández Colón. En un texto publicado el 11 de agosto de 1984 en el periódico “El Mundo” (el primero de una serie de tres partes), expuso el ex-secretario de Hacienda Salvador Casellas:  
·         “En diciembre de 1972, la administración saliente había dejado unos estimados de ingreso al Fondo General del Tesoro de $975 millones para el año fiscal en curso 1972-1973, y de $1,100 millones para el año fiscal entrante 1973-1974. De salida, la administración de RHC se encontró con una estrechez fiscal insospechada. Los ingresos al Fondo General para el año fiscal que terminaba el 30 de junio de 1973 eran $48 millones menos que lo presupuestado ($927 millones en vez de $975 millones), y el estimado de ingresos para el año fiscal subsiguiente unos $50 millones menos. Ante este cuadro, hubo que recortar gastos y tomar providencias inmediatamente para poder cerrar el año con un presupuesto balanceado”.

Objetivamente, era una situación inmediata que se podía superar.  En el mencionado texto, Casellas explica lo que complicó todo:
·         “En octubre de 1973, se desata la guerra árabe-israelí y los países árabes decretan el embargo petrolero contra Occidente. En enero de 1974, la OPEP cuadruplica el precio del petróleo. Para mediados de 1975 el aumento había llegado a 500 por ciento. La era de la energía barata toca a su fin y todos los países industrializados entran en la recesión económica más grave y prolongada desde la gran depresión de los años 30”.

La crisis económica de los ‘70 fue causada por el aumento en el costo del petróleo. Fue una crisis mundial. Incluso Nueva York estuvo al borde de la bancarrota. En esa tempestad, Puerto Rico se logró mantener a flote gracias a medidas administrativas y de austeridad y sus estructuras como ELA; y fueron significativos logros como el aumento en la producción agrícola, el impulso al turismo con la creación del Programa de Paradores Puertorriqueños, la construcción de nuevas plazas de mercado, la Sección 936 (para crear empleos y promover el desarrollo económico), y más.

Durante la administración de Romero Barceló, se elevó el desempleo al nivel más alto de su historia. Se confirmó que no es recomendable alterar los incentivos. En un mundo competitivo, cada país debe procurara incentivos para progresar y en Puerto Rico, fue la Sección 936 gran herramienta para promover estabilidad y progreso. El “tollgate tax” dio grandes frutos. Recordemos que la página 2 del periódico “El Reportero” del 13 marzo 1985, presenta el reportaje sobre la histórica reunión del entonces gobernador Rafael Hernández Colón y el ex-gobernador Luis A. Ferré con el secretario del Tesoro de Estados Unidos James Baker, en defensa de la Sección 936, para promover el desarrollo y evitar la pérdida masiva de empleos. Nadie gana en un país estancado y dividido.

Dijo Hernández Colón: “Agradezco a don Luis Ferré su valiosa colaboración. Esta reunión tiene un carácter histórico para Puerto Rico en la medida en que los dos líderes de partidos adversarios se unen para atender los intereses de todo el pueblo puertorriqueño”. La foto se convirtió en un ícono para generaciones, sobre el patriotismo que une en las grandes causas.
Incluso el presidente Ronald Reagan agradeció al gobernador Hernández Colón por el apoyo para “promover la democracia y el progreso económico en toda la región del Caribe”; porque los grandes propósitos superan las diferencias.

El cambio hacia la solidaridad y creatividad productiva, dio como saldo de ese cuatrienio, que en el mensaje de estado de 1988 se informó sobre un crecimiento económico que sigue siendo factor aleccionador. Dijo Hernández: “…hoy trabajan 126,000 puertorriqueños más que en enero de 1985; 29,000 de ellos jóvenes… Hemos hecho posible que el Producto Nacional Bruto creciera en 1987 a un ritmo de 5.1 por ciento –mayor que el ritmo de crecimiento de Japón, Alemania, o los Estados Unidos”.  Gracias a Hernández Colón y colaboradores por haber aportado tan buen instrumento que generaba empleos directos e indirectos y potenciaba a todo el país.

Es en la administración Rosselló que se disparó la deuda y no se defendió adecuadamente la Sección 936 ante el Congreso. Así, llegamos al presente y la deuda convoca en Puerto Rico a un proyecto de país; un proyecto en que se supere el partidismo y el cainismo. En el programa, fue dramática la pregunta de cómo se perdió algo como la Sección 936; la respuesta convoca a no repetir errores, buscar alianzas y consensos que restauren al país, y desarrollar los sabios incentivos que optimicen la autoestima, la educación, los recursos y todo lo que compone a la Isla del Cordero.

En el 2015, el informe presentado por la economista y exdirectora del Fondo Monetario, Anne O. Krueger, no adjudica la causa de la deuda y la crisis al sistema democrático-constitucional de Estado Libre Asociado, sino a factores de crisis económica y fiscal. No deja de hacer mención del impacto de la pérdida de la Sección 936 y presenta las adversidades (como altos costos y pérdida de población) y las decisiones cuestionables (como el endeudamiento) en el sistema económico. En parte dice:  
·         “The restoration of confidence and growth requires ambitious measures in three inter-locking areas: structural reform, fiscal consolidation/debt restructuring, and institutional reform. All are important, and the exclusion of any one reduces the chances of success of the others”.       

Es cierto que hay áreas del status político que pueden ayudar a potenciar el desarrollo económico, como eximir a la Isla de la Ley de Cabotaje. No obstante, hay que recordar los buenos testimonios de progreso con el ELA bien administrado y fortalecido, que tienen vigencia. Es recomendable buscar como proyecto de país la restauración de los instrumentos que demostraron gran efectividad, a la altura del siglo 21 y más allá.
                                                     
La medicina amarga fracasó y la polarización es peor. Vivimos tiempos retadores y el país nos necesita a todos. Son tiempos en que más se necesita la inspiración fundadora al nivel enseñado por Luis Muñoz Marín y Rafael Hernández Colón, unir generaciones y motivar para hacer y consagrar patria. Es de suma importancia, fomentar la descentralización y la municipalización (lo que es democratización), y que sea el Puerto de las Américas Rafael “Churumba” Cordero Santiago, como proyecto que integre a todo el país y potencie su rol internacional, el punto de partida de un nuevo modelo de desarrollo socio-económico. El país necesita que todo eso se logre cumplir a cabalidad para bien de todos. Dios ilumine a todos.

·         “La solución a los problemas multidimensionales que confrontamos comienza por superar esa crisis de valores para librar nuevamente lo que Luis Muñoz Marín, llamó la batalla de la producción, es decir la batalla por el progreso económico.  La batalla por empleos y oportunidades.  La batalla por la educación para valerse de esos empleos y oportunidades. La batalla para utilizar con sabiduría la riqueza colectiva e individual que se genera con la producción”. –Rafael Hernández Colón
 
·         “…hay fuerzas más grandes que el producto económico total de un pueblo; esas fuerzas son: la pasión de la justicia y la grandeza de las almas”. –Luis Muñoz Marín


                   
               

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