La
historia de Dalila y Sansón se encuentra en el Libro de los Jueces de la
Biblia. Dalila fue contratada para descubrir el secreto de la fuerza de Sansón.
Logra descubrir el secreto y lo despoja de su fuerza al cortarle las trenzas de
su cabello.
Al final,
Sansón logra reconciliarse con el Señor y vencer antes de morir, pero al día de
hoy se sigue viendo la imagen de Dalila como símbolo de tentación. Se emplea
para advertir al hombre que no sea seducido por lo que no conviene.
Es loable
el buscar que no se caiga en tentación, pero es repudiable que se tergiverse el
mensaje bíblico para manipular a las personas y presentar erróneamente a la
belleza física como signo de desvío, pecado o mal. La belleza y el intelecto
son de Dios.
Aunque se
pueda decir que la belleza está en los ojos de quien observa y que la belleza
completa es compleja y nace del alma, la realidad es que la Hermosura es Obra
de Dios. NO es imposible que haya en la mujer la perfecta y
armoniosa combinación de la belleza externa y la interna.
Gracias a Dios se ha ido superando
el estereotipo de que la belleza externa no armoniza con la belleza interna que
da luz, sirve bien y agrada a Dios. En el relato bíblico, Ester brilló por el valor, los
dones y la gran belleza física que nace del interior (confirma que puede haber gran
belleza externa con suprema belleza interna), y Dios obró por medio de ella.
La Palabra afirma lo justo y salomónico:
·
El contenido de Proverbios sobre “la mujer virtuosa” nos
recuerda que no procede olvidar la humildad, que al perder valores se convierte
en vanidad; que no se tome para fomentar descuido, la auto-adulación y las
imposiciones que no son duraderas.
·
El contenido de Cantares nos recuerda que lo admirable no
es pecado y que el cuido y fomento de la autoestima da nuevos niveles al amor y
la consagrada pasión que redefine la belleza; que no se olvide selectivamente y
no se tergiverse.
Con justo balance, buscando acentuar
todo lo mejor, se enriquece y fructifica la vocación y se logra más. ¡Se Puede
lograr el balance perfecto de paz y armonía!
Con toda sinceridad, partiendo de lo establecido en las palabras
anteriores, se comprende que es triste cuando se busca establecer que no puede
haber admirable belleza externa con respetable belleza interna, o que la
belleza es mera vanidad.
Es triste cuando se tergiversan y manipulan conceptos para justificar
descuidos y forzar que se acepten cosas por agendas particulares. Es triste
cuando se estigmatiza a la mujer hermosa como una “Dalila” en forma selectiva y
se pretende convertir a la unión de un hombre y una mujer en un medio para
confinar conciencias y voluntades en vez de lo sagrado que une y liberta en la forma
que testimonia bien desde la realidad de cada caso. Voy más
allá: ¡ALERTA ante quienes buscan fabricar parejas y usan las etiquetas
cainistas; no pensando en fomentar la unión de una pareja en amor para Dios,
sino pensando en amarrar personas a un lugar y lograr doble siembra financiera!
La
historia confirma que no funcionan los enlaces fabricados y forzados por mera
imagen. Tampoco funciona el imponer parejas con argumentos religiosos con el
fin de amarrar a las personas a congregaciones y adelantar lo personalista.
Tristes son los casos en que se rompen prometedoras parejas por agendas que
hada tienen que ver con lo mejor para la pareja. Eso es el peor de los pecados
porque va contra el amor.
¿Cómo osar con pretender imponerle conceptos al Altísimo y tratar de
encajonarlo, o dudar de que pueda haber lo completo que perfecciona? ¡Claro que
puede haber gran belleza externa con suprema belleza interna!
Dalila no siempre es Dalila; hay
veces que los trucos, las tentaciones, las manipulaciones y las seducciones
vienen de otro lugar.
Un pensamiento de George Sand dice: "La belleza exterior no es más que
el encanto de un instante. La apariencia del cuerpo no siempre es el reflejo
del alma". Son palabras que tienen sentido, pero que no deben llevar a ver
la belleza creada por Dios como un signo negativo. Deben llevar a bendecir a
quien se admira y ama; orar y buscar intensamente que la sublime belleza siga
creciente hasta la edad dorada y hasta el último suspiro que es una nueva
dimensión al soplo de vida.
La belleza de la mujer
glorifica al Creador y más… Demos gracias a Dios por bendecir a la creación con la
belleza, la inspiración, las parejas ungidas que con puro amor prevalecen y
rompen moldes y estereotipos, la capacidad de discernimiento para separar al
grano de la paja, y el potencial para forjar todo bien que es más que lo
pequeño, efímero e intrascendente. Dios ilumine a todos.
·
“Hay una mujer al principio de todas las
grandes cosas.” – Alphonse de Lamartine
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