En la distancia el tiempo, se supone
que el análisis de la historia se logre sin apasionamientos y sin estridencias,
con mayor objetividad y serenidad. Cuando surge un punto de desacuerdo, se
supone que se desarrolle una debida argumentación con aceptable material de referencia
y no con el grito irracional.
La reacción de Julio Muriente Pérez,
ante palabras del sicario colombiano John Jairo Velásquez Vásquez (Popeye) en contra
las máximas figuras de la Revolución cubana y del fenecido premio Nobel
colombiano Gabriel García Márquez, se apartó de lo que se espera de un buen
educador y de un estilo con responsable conciencia histórica.
Dijo Muriente: “Son precisamente
Fidel Castro, Raúl Castro y Gabriel García Márquez tres de las figuras más
respetables de nuestros tiempos, ejemplos de seriedad, compromiso, decencia y
de intolerancia absoluta al crimen, al narcotráfico y la delincuencia”. Ese
estilo confirma que Muriente sigue en la mentalidad de la guerra fría y de oposición
a todo lo inherente a lo norteamericano y democrático. Por lógica, se recurre a
lo intolerante cuando no se tiene razón o duele un señalamiento.
Se ubica Muriente en el estilo de
idolatrar por cuestiones ideológicas, y de buscar para él pleno derecho a la
libre expresión, pero no reconocer ese derecho a quien piense diferente. ¿Cómo
sería la calidad de vida en Puerto Rico si siendo independiente en lo que desea
Muriente, se manipulara mediante el control de la educación y las
comunicaciones y se criminalizara por la forma de pensar y expresarse?
Ya es hora de lograr estudiar la
historia con objetividad y aprender de sus lecciones. En ese sentido, fue
acertado el programa de Normando Valentín para recordar lo que no se debe
repetir y ver que los estilos sicarios de violencia no solo se dan en lo del
narcotráfico. Es desacertado Muriente en sus palabras, pero no deja de tener su
intelecto y el desacierto se convierte en radiografía de estilos que no sirven
bien. Siga Puerto Rico creciendo en la democracia que es tolerancia y progreso
con equidad, y en el perfeccionamiento de la unión permanente con Estados
Unidos.
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