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“Pero Jesús dijo: Dejad a los niños, y no les impidáis
que vengan a mí, porque de los que son como éstos es el reino de los cielos”. --Mateo 19:14
Uno de mis recuerdos de mis días en
escuela elemental en la década del ’70, era de unos cartoncitos doblados y con
caricaturas. En la medida que se doblaban y desdoblaban, iban surgiendo nuevas imágenes.
No era el fin generar burlas de
otros. Las jocosas caricaturas desataban risas sanas e historias inagotables.
Para la imaginación de niños y niñas, una chispa puede desatar un corrientazo
de creatividad. El más pequeño juguete creaba todo un universo de aventuras, y
todo un mundo alentaba los juegos, dibujos y más.
Con el paso del tiempo, aumentan inquietudes,
preocupaciones, responsabilidades y afanes. Al crecer, lo mejor es buscar no
perder esa capacidad de crear desde una llama pura y fundamental. Se trata del
corrientazo de fe poderosa y potencialidades ilimitadas que no pierden la
capacidad sana y de sonreír. Dios ilumine a todos.
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“El hombre se distingue de todas las demás criaturas por
la facultad de reír”. --Joseph Addison
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