El diccionario define “protocolo”
como un “conjunto de reglas y
ceremoniales que deben seguirse en ciertos actos”. Lógicamente para una
graduación, el protocolo incluye la invitación.
El diccionario define “pin” como “insignia
que normalmente se lleva como adorno clavada en la solapa de una prenda o en la
parte delantera de una gorra y sujeta por detrás con una pieza circular”.
Al ver la invitación a los
ejercicios de graduación de Ponce High de mayo de 1985 y el pin empleado, surgen
muchos recuerdos. Se ven los días atesorados. Se reconoce también que no es
viable tratar de vivir nuevamente esa etapa, pero sí se puede nutrir de ánimo
joven y mejor conciencia a la etapa presente.
Surge la nostalgia por
quienes no están y se valoran los buenos consejos. Se agradece a padres,
familia, amistades y educadores. Ante los consejos que fueron inherentes a una
vocación bien definida, los consejos que no se dieron, y los consejos que no se
siguieron, prevalece que se promueve paz al buscar hacer todo mejor y
transmitir a nuevas generaciones buenos principios de vida…
Sea cada nuevo amanecer la
invitación a los ejercicios que consagran todo el ser. Sea el rostro sereno
fruto de un corazón perseverante, el gran pin y distintivo que lleva los grandes
mensajes de la fe, el amor, la productividad y la capacidad salomónica.
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“El horizonte se inclina hacia adelante, ofreciendo
espacio para colocar nuevos pasos de cambio”. --Maya Angelou
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