Si malo y
malsano es llevar a las congregaciones y creyentes el mensaje de condicionar la
bendición a la siembra financiera, mucho peor es solicitar tales siembras sin
crear expectativas para justificar la falta de testimonios.
En la teoría
espiritual y natural, no basta con la revelación (entendimiento) sobre el concepto
bíblico y santo de la siembra financiera, se necesita también la capacidad de
discernimiento para identificar el buen terreno para sembrar.
Es cierto
que la pobreza no es elemento que acerque más a Dios, y que Jesús dice
claramente que vino para que tengamos vida en abundancia (Ver San Juan 10:10).
Sin embargo, eso no justifica el olvidar el deber de ser sensibles (con mano
amiga) hacia los pobres y el tergiversar principios para buscar alimentar
apetitos desmedidos.
Con toda
sinceridad, le planteo a quien lee estas palabras lo siguiente: ¿Qué factores
están presentes en los testimonios que puede identificar como “milagros” de
verdad? En mi caso, pienso en testimonios de sanidad y lo que hay presente es
voz sincera hacia el Señor y nada de espectáculos o libretos manipulados y comercializados.
Se
necesitan crecientes testimonios de prosperidad con sana conciencia para hacer
y sembrar el bien. Pero se necesitan también frenar lo que pueda caer en
corrupción. Una modalidad que tiende a lo corrupto es así: Decirle a la persona
ante su crisis y peticiones genuinas que espere el “tiempo de Dios, pero para
ofrendar no se puede esperar el “tiempo de Dios”, tiene que ser ahora. Falla
quien no evidencia los frutos de las siembras (lo que indica si es buen
terreno), y llega al colmo quien ministra en la línea de que si se logra el milagro
es por su intervención y si no se logra es por culpa de la persona que necesita
ayuda (así, manipula y evade responsabilidades).
Se
necesita restaurar el tiempo de Fe con Poder. Se necesitan testimonios reales de
salud y prosperidad integral. Se necesita fomentar la mutua ayuda y
capacitación.
A
cada creyente le toca ser sabio a la hora de congregarse y sembrar. Nada
justifica decir “amén” a lo que no es bueno y santo. Lo que es de Dios infunde
paz y buenas soluciones. Que haya pleno apoyo a quienes cumplen bien y
consagran todo lo mejor. Que las iglesias den ejemplo de lo correcto. Que no
haya impunidad en lo que se desvía y daña. Que la efectiva aplicación de la
justicia divina, comience en este mundo.
·
“Reposará en la estepa la equidad, y la justicia morará en
el vergel; el producto de la justicia será la paz, el fruto de la equidad, una
seguridad perpetua”. --Isaías 32:16-17
·
“Guardaos de los
falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro
son lobos rapaces.
Por sus frutos
los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
Así, todo buen
árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
No puede el buen
árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
Todo árbol que no
da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
Así que, por sus frutos los
conoceréis.” --San Mateo 7:15-20
No hay comentarios:
Publicar un comentario