El 10 de noviembre de 2014, ha sido en verdad
sorpresiva la noticia sobre la trágica muerte del Dr. Myles Munroe y su esposa
e hijos. Es una abrumadora tragedia, en que no se encuentran explicaciones y no
se deja de pensar que se partió antes de tiempo. Sin embargo, la visión y misión
queda en manos de los hijos de la obra. Al partir hacia la eternidad nada
material se lleva, y las almas en amor dan vuelo a la perfección…
Recuerdo haber visto predicar a Myles Munroe en el
Pabellón de la Fe de la Iglesia Fuente de Agua Viva en Carolina. Se destacaba
como hombre de fe y motivador; buscaba relacionarse con líderes, funcionarios de
gobierno y personas influyentes. Hablaba de bendición y disfrutaba a plenitud
la bendición. Desde lo que desarrollaba en las Bahamas, se proyectaba al mundo.
Le gustaba vestir bien y combinaba los sabios principios con toques de humor y
humildad. Hablaba con suma sinceridad.
Al dar la anécdota en Carolina de cómo una maestra se
mofó de él siendo niño y cómo contemplaba a donde había llegado, daba una
lección de vida sin rencor, sino con la capacidad de exponer que se puede
lograr mucho aún cuando otros duden. .
Al final del evento, oró y ungió. Además, vendió y
firmó libros. Eran tantas las personas, que llegó el punto en que firmaba en
forma automática. Sin embargo, no perdía la capacidad de sonreír con respeto y
simpatía. De su libro “Los principios y el poder de la visión”, cito lo
siguiente:
·
“Cuando tú has
descubierto tu propia visión, tú no vas a necesitar sentirte celoso de nadie
porque no hay necesidad alguna de entrar en competencia. Esta verdad me fue
demostrada en una manera muy tangible. Un día yo estaba hablando con un hombre
que es el dueño de la franquicia de McDonalds en las Bahamas. Mientras que
estábamos hablando, el dueño de la franquicia de Kentucky Fried Chicken llegó adonde
estábamos. El se presentó conmigo y me dijo, ‘Tengo mucho gusto en conocerlo’.
Yo me sentía muy curioso y, por lo tanto, añadí, ‘¿Qué es lo que usted está
haciendo aquí?’ El hizo un gesto hacia mi amigo, y dijo, ‘Vamos a almorzar
juntos el día de hoy’. Yo decidí ir con ellos porque yo quería saber qué era
exactamente lo que iban a comer ese día. ¡Ellos fueron a Pizza Hut!
Yo me senté en una
mesa, comiendo pizza con ellos, y observándolos mientras platicaban. Finalmente,
yo dije, ‘Discúlpenme, caballeros. En primer lugar, ¿acaso no son ustedes
competencia el uno al otro? Ambos respondieron, ‘No’. Yo pregunté, ‘¿Qué es lo
que ustedes quieren decir?’ Mi amigo contestó, ‘El no vende lo que yo vendo. Yo
no vendo lo que él vende. ¿Cómo es que podemos estar en competencia?’ Entonces,
yo dije, ‘Segunda pregunta. ¿Por qué vinieron aquí?’ El contestó, ‘No nos
sentimos con antojo de comer ni hamburguesas ni pollo. ¡Se nos antojó comer
pizza!
Hay lugar para los
tres negocios porque cada restaurant tiene su propia visión específica. Cada
uno ofrece un producto diferente dentro de la misión general de servir comida.
Los negocios, las organizaciones, las iglesias y los individuos pueden aprender
la verdadera naturaleza de la visión del ejemplo de estos dos hombres”.
Esa cita confirma que para progresar y prosperar, no procede lamentarse
o desperdiciar tiempo en atacar a otros, sino perseverar y no desviarse de la
meta.
Hoy sus libros adquieren gran valor y es enorme la misión de que se
mantenga su obra. Reconozco que hay quienes combaten las enseñanzas de
prosperidad cristiana, y es un hecho que hay quienes han manipulado el
concepto. También generan debates los temas de diezmo, diversas ofrendas, y
unos estilos de vida, y es innegable que hay quienes han desvirtuado y
deformado todo eso que tiene un origen de santidad.
Sin embargo, porque Jesús dice claramente que vino para que tengamos
vida en abundancia, todo testimonio de victoria con digna y sana conciencia,
honra eso. Que lo efímero de la existencia abra ojos y aclare perspectivas
sobre afanes y vanidades. Que se recuerde en todo momento que Dios emplea los
medios que Él desea para responder y obrar, por lo que son esenciales la
oración, la acción y el discernimiento.
Demos gracias por las buenas lecciones del doctor Myles Munroe. No se
trata de que fuese un ser humano perfecto, sino de que supo abonar a potenciar
talentos. En donde haya fallado, que reciba la misericordia divina, y que por
sus buenas siembras tenga gozo eterno. Paz a su familia y sabia perseverancia a
quienes seguimos batallando.
·
“No
importa quién eres tú o en qué país vivas, tú tienes un propósito personal,
porque cada ser humano nace con uno. Dios creó a cada persona con una visión
única. El tiene planes tremendos para ti que nadie más puede llevar a cabo”.
--Myles Munroe, “Los principios y el poder de la visión”
No hay comentarios:
Publicar un comentario