El Día de
Acción de Gracias se adaptó a la perfección a la cultura puertorriqueña; ya es
nuestro porque Dios creó un mundo sin fronteras y en la Isla del Cordero valen
mucho la fe, el amor y la buena voluntad. El país se va salvando día a día
desde la decisión de cada alma de aportar a la paz y la armonía. No es tiempo
de humillarnos, sino de levantarnos y crecer positiva y constructivamente. La
Biblia exhorta a orar por las autoridades y recordemos que la Equidad es buena y agrada a Dios.
Es
así que en Acción de Gracias, ante la Palabra, la creación, la fe, logros y
asuntos pendientes, las razones de dar gracias que vemos y no vemos que brinda
el Altísimo, y todo lo mayor que supera el alcance de las palabras, procede que
establezcamos el nuevo propósito y paradigma de dar motivos para dar gracias.
En
Habacuc 3:17-18 dice: “Aunque la higuera no florezca ni
en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo y los labrados no
den mantenimiento, aunque las ovejas sean quitadas de la majada y no haya vacas
en los corrales, con todo, yo me alegraré en Jehová, me gozaré en el Dios de mi
salvación”.
Sin
aspirar a ser teólogo o líder religioso, como ser humano con virtudes y defectos,
con sueños y razones de perseverancia, veo que el propósito de esa cita de la
Biblia no es fomentar conformismo, sino la capacidad de crecer ante la prueba y
levantarnos. Recordemos que Jesús vino para que tengamos vida en abundancia
(San Juan 10:10).
Por eso, opto por no repetir lo tradicional y mucho menos
aquello de “dar gracias por lo bueno y por lo malo”. Respeto a quien con suma
humildad, amor y fe da gracias “por lo bueno y por lo malo”, pero
lamentablemente es otro de los pensamientos que se ha ido manipulando y
tergiversando (por ejemplo, para crear falsas imágenes o para pedir demasiado y
conformar para que la persona no alcance su máximo desarrollo si tal ungido
desarrollo puede ser una amenaza a quien no honra la consagrada vocación).
Se necesita el Nuevo Paradigma para Acción de Gracias y
más allá: superar libretos tradicionales y dar motivos para dar gracias.
Aportamos a dar motivos a los demás para dar gracias al fomentar el
recordar las sabias lecciones, a quienes han sido parte positiva de nuestra
formación, y no olvidar los detalles de la jornada que humanizan y dignifican.
Aportamos
a dar motivos a los demás para dar gracias en los niveles de respeto,
tolerancia, comprensión, buen ejemplo, la calidad de la perseverancia
constructiva, madurez que educa, productividad en el
trabajo, honestidad en todo foro, buena formación en familia, identificación
con las grandes causas que dignifican, en fin, en todo lo que hace de la
existencia un acto de adoración que habla del Padre mediante lo que somos,
vivimos, sembramos, hacemos y damos.
Somos llamados a edificar y restaurar,
con la certeza de que Dios está con nosotros, nos bendice y fortalece en la
causa justa y correcta. Ser “cristiano” no es religión, un género musical o una
marca comercial. Ser “cristiano” no es ser perfecto o inmune a lo que afecta al
mundo. Ser “cristiano” es ser creyente; lo que infunde una naturaleza
revolucionaria al palpitar, al ver, creer, pensar y hacer.
Somos llamados a buscar ser
bendecidos para bendecir. Todo lo mejor del ser
humano nace y se manifiesta desde la conciencia de que todos somos hijos de
Dios. Dios ilumine a todos en la vida como sabia,
heroica y victoriosa causa de amor.
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