jueves, 27 de noviembre de 2014

Nuevo paradigma para Acción de Gracias y más allá: superar libretos tradicionales y dar motivos para dar gracias.

El Día de Acción de Gracias se adaptó a la perfección a la cultura puertorriqueña; ya es nuestro porque Dios creó un mundo sin fronteras y en la Isla del Cordero valen mucho la fe, el amor y la buena voluntad. El país se va salvando día a día desde la decisión de cada alma de aportar a la paz y la armonía. No es tiempo de humillarnos, sino de levantarnos y crecer positiva y constructivamente. La Biblia exhorta a orar por las autoridades y recordemos que la Equidad es buena y agrada a Dios.

Es así que en Acción de Gracias, ante la Palabra, la creación, la fe, logros y asuntos pendientes, las razones de dar gracias que vemos y no vemos que brinda el Altísimo, y todo lo mayor que supera el alcance de las palabras, procede que establezcamos el nuevo propósito y paradigma de dar motivos para dar gracias.

En Habacuc 3:17-18 dice: “Aunque la higuera no florezca ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo y los labrados no den mantenimiento, aunque las ovejas sean quitadas de la majada y no haya vacas en los corrales, con todo, yo me alegraré en Jehová, me gozaré en el Dios de mi salvación”.

Sin aspirar a ser teólogo o líder religioso, como ser humano con virtudes y defectos, con sueños y razones de perseverancia, veo que el propósito de esa cita de la Biblia no es fomentar conformismo, sino la capacidad de crecer ante la prueba y levantarnos. Recordemos que Jesús vino para que tengamos vida en abundancia (San Juan 10:10).

Por eso, opto por no repetir lo tradicional y mucho menos aquello de “dar gracias por lo bueno y por lo malo”. Respeto a quien con suma humildad, amor y fe da gracias “por lo bueno y por lo malo”, pero lamentablemente es otro de los pensamientos que se ha ido manipulando y tergiversando (por ejemplo, para crear falsas imágenes o para pedir demasiado y conformar para que la persona no alcance su máximo desarrollo si tal ungido desarrollo puede ser una amenaza a quien no honra la consagrada vocación).

Se necesita el Nuevo Paradigma para Acción de Gracias y más allá: superar libretos tradicionales y dar motivos para dar gracias.

Aportamos a dar motivos a los demás para dar gracias al fomentar el recordar las sabias lecciones, a quienes han sido parte positiva de nuestra formación, y no olvidar los detalles de la jornada que humanizan y dignifican.

Aportamos a dar motivos a los demás para dar gracias en los niveles de respeto, tolerancia, comprensión, buen ejemplo, la calidad de la perseverancia constructiva, madurez que educa, productividad en el trabajo, honestidad en todo foro, buena formación en familia, identificación con las grandes causas que dignifican, en fin, en todo lo que hace de la existencia un acto de adoración que habla del Padre mediante lo que somos, vivimos, sembramos, hacemos y damos.

Somos llamados a edificar y restaurar, con la certeza de que Dios está con nosotros, nos bendice y fortalece en la causa justa y correcta. Ser “cristiano” no es religión, un género musical o una marca comercial. Ser “cristiano” no es ser perfecto o inmune a lo que afecta al mundo. Ser “cristiano” es ser creyente; lo que infunde una naturaleza revolucionaria al palpitar, al ver, creer, pensar y hacer.

Somos llamados a buscar ser bendecidos para bendecir. Todo lo mejor del ser humano nace y se manifiesta desde la conciencia de que todos somos hijos de Dios. Dios ilumine a todos en la vida como sabia, heroica y victoriosa causa de amor.












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