jueves, 20 de noviembre de 2014

God bless the real and constructive Batkid!

Uno de los motivos más especiales a nivel mundial por los cuales el mes de noviembre de 2013 pasó a la historia, es la iniciativa de la Fundación Make-A-Wish, que hizo posible que un niño viviera el ser Batman con el mayor realismo y profesionalismo.

Se confirma que los superhéroes inspiran mucho bien. Batman fue creado por Bob Kane. Para la serie de los comics y la serie de los ’60, el personaje fue modificado para ser más accesible a los niños.
                                           
Al llegar Batman al cine en 1989, se retomó el concepto original de Kane en lo oscuro y la compleja personalidad. Eso llega hasta la actualidad en la secuencia de películas, libretos y actores, pero siempre se mantiene la esencia del héroe que gracias a talentos y recursos, de lo ordinario en lo cotidiano, pasa a lo extraordinario.
              
Viviendo el mundo hoy tiempos retadores y difíciles, se aplica nuevamente que cuando más problemas hay, más se busca de heroísmo y ejemplos edificantes.

Es cierto que Batman es un personaje ficticio y que lo mejor es buscar primero del Altísimo, pero ciertamente hay una efectiva aportación de él para el sano entretenimiento y para redescubrir el heroísmo que es real y no imposible.  La gran hazaña de Batkid ha sido jamaquear mentes y corazones para sensibilizar y concienciar sobre todo el bien que se puede inspirar y forjar.

¡Sí! Hay heroísmo tanto en lo callado que da todo lo mejor del ser, como en lo que comunica con prudencia para que el testimonio dé luz de verdad y no aliente la soberbia. ¡Sí! ¡El heroísmo consagrado es real y puede mucho!

¡Sí! Podemos llegar a donde no hemos llegado. Podemos vestirnos del heroísmo que hace la diferencia al dar fe en donde no la hay, al saber decir no al mal, al saber decir sí a lo que suma a la vida de quienes se ama y más allá, el bálsamo a los que lloran y sufren, el perdón que no es simbólico y sí es camino de cambio y evolución, la solidaridad a quienes resisten ante las manifestaciones de la corrupción, comprensión en donde se ha perdido, apoyo al caído para levantarse, fuerza a las buenas causas, atención debida al alma en formación y al alma que merece dignidad y tanto puede aportar en los años dorados, el buen consejo que aporta a perfeccionar la jornada, potenciación a quienes necesitan redescubrir que no es demasiado tarde, en fin, el heroísmo no es ciencia ficción, fantasía, juego de niños o un imposible en el mundo. El heroísmo real se atreva a vivir, perseverar y fructificar con el más abarcador amor.

Porque Dios emplea los medios que Él desea para responder, obrar y edificar, cada alma que opta por hacer y sembrar el bien, es instrumento de Dios y canal de bendición. Somos llamados a sembrar y hacer el bien en sana libertad en el Señor. Somos llamados a crecer y fructificar en la vida como una causa de amor.        



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